10 meses para conseguir una ayuda de subsistencia para familia numerosa

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

Silvia Fuentes

Conseguir una tarjeta de aparcamiento puede llevar dos meses y una licencia, seis

11 jun 2019 . Actualizado a las 13:46 h.

El ghanés Francis Bohan habla en inglés con su compañero de fila. Al preguntarle, cambia a un perfecto castellano: «Soy gallego negro. Trabajo en la construcción. Acabo de volver de Ibiza», dice en la cola de la oficina de empadronamiento del Concello donde lleva 45 minutos esperando que le atiendan. Resolver un trámite en el Concello puede ser cuestión de minutos, horas o meses. Depende de lo que se trate y del día en cuestión. La tradición manda y muchos ciudadanos dejan todo para el último momento, cuando está a punto de acabar el plazo, por lo que se acumula más público.

La lonja del Concello está rodeada de media docena de ventanillas para diferentes gestiones: desde presentar una petición por registro general a pagar una multa o sacarse la tarjeta de transporte, por poner algunos ejemplos. Muchos de los visitantes del patio no saben adónde tienen que acudir. Por eso hay una dependencia de información y en la que ayer trabajaban tres personas atendiendo al público. No dan abasto. Las mayores colas suelen registrarse en la oficina del padrón y en la que se tramita la tarjeta de Vitrasa, la famosa y cotizada Pass Vigo, aunque suele haber esperas en todas las dependencias.

Uno de los asuntos que lleva más tiempo es conseguir la renta de integración social o las ayudas de subsistencia. Hasta diez meses lleva el trámite. Lo atestigua Juan Carollo que ha acompañado a muchos sin techo a realizar los trámites. Él mismo está cobrando una renta de ayuda, después de agotar la Renta de Integración Social (Risga) recibe la RAE. «Un chico de la acampada ha tardado ocho meses y pico en que le den la Risga». El Concello ha reforzado el servicio para atender a la creciente demanda.

Cualquier gestión puede suponer un mareo para el ciudadano a pesar de la buena voluntad de la mayoría de los funcionarios. En ocasiones ni ellos mismos tiene claro cómo resolver determinada cuestión y consultan el manual. Por ejemplo, obtener una tarjeta de aparcamiento para discapacitado resulta muy engorroso. Primero hay que acudir al edificio de la Xunta en la calle Areal, en segundo lugar la administración autonómica envía al solicitante a otra oficina en la calle Torrecedeira, donde se lleva a cabo la evaluación de la minusvalía. Después la persona que ya de por sí tiene dificultades para moverse, tiene que presentarse en la Policía Local para que le den la tarjeta. «Todo esto puede durar varios meses», reconocen en el Concello. Si lo que se pretende es conseguir un permiso para estacionar en las calles del Casco Vello que están restringidas al tráfico para la mayoría de los vigueses «a autorización pode tardar un par de meses», señala Fiz Axeitos, directivo de la asociación vecinal que recoge muchas quejas en el barrio histórico.

Para conseguir licencias urbanísticas también se tardan varios meses, «entre cuatro y seis», asegura Javier Garrido, presidente de Aproin, que recuerda la situación peculiar del urbanismo.