Sistemas lumínicos diversos realzan el semblante de los puentes más famosos del mundo
14 sep 2019 . Actualizado a las 21:31 h.Nueva York y Londres están inmersas en un plan para realzar con iluminación sus puentes más emblemáticos, crear marca de ciudad con montajes lumínicos y sumar las infraestructuras más visitadas y vistas de sus metrópolis a los acontecimientos sociales y culturales de su comunidad. Las llamadas iluminaciones emotivas, las que con luces LED cambian por la noche el color de edificios y construcciones, triunfan por todo el planeta para reivindicar fiestas patrióticas, victorias deportivas, luchas de género o simplemente prolongar la vida de creaciones de especial atracción como monumentos, edificaciones singulares y puentes.
Imágenes icónicas silueteadas por juegos de luces como ocurre en el Golden Gate (San Francisco), en el puente de Brooklyn (Nueva York), el de la Torre de Londres, el del Bósforo (Estambul) o el del estrecho Akashi Kaiky (Kobe) han prolongado su atracción por las noches, como se plantea ahora para el puente de Rande, el punto con más tránsito de la autopista AP-9 y el emblema de la infraestructura que recorre Galicia de norte a sur.
La idea de aprovechar el cambio de imagen del paso sobre la ría de Vigo para ensalzar más la construcción, la única en el mundo de un puente atirantado que se ha ampliado y podría volverse a aumentar de nuevo en dos carriles más, abre un abanico de posibilidades que explora desde hace unos años la Autoridad Metropolitana del Transporte de Nueva York, inmersa en la renovación de la imagen de once puentes, túneles como el de Queens y el Hugh L. Carey, o edificios como el Empire State y el One World Trade Center. Cuando concluya el proyecto se podrán sincronizar todas sus iluminaciones y miles de bombillas LED.
Ambicioso plan en Londres
Para el 2022 la Iluminated River Foundation pretende conseguir que los quince puentes de Londres sean el escenario de efectos de iluminación dinámica y artística, incluso sincronizada con 22.000 puntos de LED, que pretenden devolver protagonismo a los pasos sobre el Támesis.
Pero aunque grandes compañías como Philips cuentan con áreas de negocio de iluminación de construcciones que van extendiendo los nuevos sistemas por todo el mundo, los puentes más icónicos del planeta son realzados a mayores del servicio que las luces prestan a quienes los atraviesan. Más allá de las conocidas estampas de los puentes norteamericanos de Nueva York y San Francisco, las luminarias le han dado nueva vida a puentes tan singulares como el mítico puente Vecchio, de Florencia, que desde el 2014 goza de una iluminación más nítida donada por el diseñador Stefano Ricci.
El puente de las cadenas en Budapest, el más famoso de la capital húngara, se convierte en postal nocturna gracias a su iluminación que combina con la del castillo de Buda.
En Sídney, el puente sobre la bahía enmarca con su iluminación a las proyecciones nocturnas en las semiesferas del edificio de la Opera, apareciendo ambas construcciones en las imágenes más fotografiadas del continente.
Los últimos sistemas LED tiñen también de diversos colores el puente sobre el Bósforo en Estambul, a la vez que ha reducido el consumo de energía del anterior alumbrado. El modelo se ha extendido a distintos puntos de atracción de la ciudad turca modernizados y resaltados.
Unos 85 millones de dólares ha costado el puente con forma de dragón en la ciudad china de De Nang que, con seis carriles y 666 metros de largo, escupe fuego mediante un juego de luces por la boca, cambia de color con sus 15.000 luces LED y lanza agua por su boca, constituyendo una de las principales atracciones de la comarca.
Y también Japón se ha subido a la corriente de iluminar sus puentes, como ocurre en la espectacular construcción de Akashi (Kobe) de 4 kilómetros de longitud y un perfil que recuerda al de Rande con su estructura atirantada.