Elena Espinosa reconoce ahora a la plantilla que en Vigo hay poco personal
19 jul 2020 . Actualizado a las 17:26 h.El conflicto laboral entre los bomberos y el gobierno local de Vigo se prolonga tanto en el tiempo que resulta difícil no perderse en este tira y floja constante a cara de perro. La última hora llegó la semana pasada en formato de sentencia judicial. Fue la segunda a favor de los trabajadores. El fallo que reitera la condición «esclavista» del decreto aprobado hace un año y medio por el Ayuntamiento -con Carlos López Font como concejal de Seguridad Ciudadana-. El documento obligaba a los bomberos, entre otras cosas, a trabajar en días libres.
Ayer, el gobierno local mantuvo su primer encuentro oficial con una representación de la plantilla. Elena Espinosa y su concejalía habían dado la callada por respuesta hasta ahora a las peticiones de diálogo y negociación. Ayer, Espinosa reconoció a los sindicatos -por videoconferencia- que la situación de su departamento responde a la «escasez de efectivos de bomberos extrema» en los parques de Teis y Balaídos.
Pero la nueva estrategia, tras dos reveses judiciales, no se quedó en un simple brindis al sol. «Se reconoció igualmente la dificultad que implica cubrir los puestos de bomberos con las medidas que ellos mismos aprobaron», explican uno de los enlaces sindicales presentes en el encuentro (CC.OO., SICO, CIG), que añade: «Ese reconocimiento supone la prueba definitiva de la mala gestión que sigue imperando en el día a día de la organización». De ahí que a la reunión de ayer acudieran también, en apoyo a los funcionarios, un representante del comité de huelga invitado y el presidente y el secretario del comité de empresa del Concello de Vigo.
De la nada al todo
Frente a ellos, además de Espinosa, estuvieron el jefe de servicio de bomberos, el responsable de recursos humanos, la secretaria de la mesa de negociación y un responsable municipal para constatar que todo lo que se acuerde cumpla la legalidad. Es otra prueba de la predisposición del Ayuntamiento para arreglar, ahora, un problema que permanecía aparcado hasta el último y reciente revés judicial. La anécdota de la mesa constituida ayer para acercar posturas la protagonizó la misma Elena Espinosa cuando, para sorpresa de muchos, solicitó que se incluyese en el acta que ella siempre reconoció la falta de personal de los bomberos.
«Es por eso que los sindicatos solicitamos igualmente que constara que nosotros nos oponemos a semejante afirmación», explican funcionarios presentes que, para no polemizar más y mostrar actitud constructiva, concretan los pasos que se deben seguir. En este caso a través de la comisión de bomberos, integrada por CC.OO., UGT, SICO, CIG y CUT, siendo estas dos últimas organizaciones las que denunciaron la situación laboral que ahora ha derivado en semejante triunfo en los juzgados. «No pedimos nada que no se recoja en las sentencias, es decir: nuestros derechos laborales». Incluso se redactó un documento conjunto, firmado el día 8, como hoja de ruta.
Se trata de propuestas recogidas en ambas sentencias judiciales ganadas, por lo que el Concello, se entiende, las valorará al menos. Lo primero es garantizar la oferta pública de empleo del 2017, 2018 y 2019; lo segundo es comprometer el personal mínimo necesario para asegurar la operatividad y la seguridad de los equipos de intervención según los protocolos establecidos atendiendo a la legalidad. Es decir, la peticiones de los bomberos se basan en protocolos ya establecidos, regulados y aplicados en decenas de ciudades.
Pero en Vigo, aun a día de hoy, se sigue trabajando bajo un decreto -definido judicialmente como «esclavista»- que, paradojas de la cosa pública, creó y ejecutó Carlos López Font, que fue sindicalista de la UGT.