Los alumnos denuncian en un vídeo la contaminación acústica que padecen, con 3.300 vehículos cada hora
04 feb 2021 . Actualizado a las 01:05 h.«Logo de 30 anos de historia do IES de Chapela, a súa banda sonora continúa a ser a mesma. A dunha autoestrada AP-9 na que se seguen incumprindo todas as normativas de protección acústica para a poboación». Tras esta introducción de la comunidad educativa hay un vídeo sin palabras en el que, paradójicamente, no lo pueden decir ni más alto ni más claro. El ruido que contamina el ambiente escolar, mientras la cámara graba a los alumnos de este centro de Redondela, con su correspondiente mascarilla y distancia de seguridad, evidencia que el covid no es el único problema de salud. Las mismas medidas sanitarias que les obligan a ventilar las clases y a mantener las ventanas y puertas abiertas les dejan totalmente expuestos al ruido. Para ellos, se ha convertido ya en su sonido ambiente.
El silencio en el vídeo es en realidad un grito de denuncia sobre el impacto en la calidad de la educación y la necesidad urgente de proteger a los 950 alumnos y 80 profesores que han de convivir a diario con esta situación. El director del IES, Miguel Pérez, recuerda que están en los 4 kilómetros de autopista que más tráfico soportan, con una media de 3.300 vehículos cada hora. «Nestes momentos temos xa unha xeración enteira que soporta esta situación porque os que hoxe estudan no centro son fillos dos que xa estiveron cando se inaugurou», explica.
En este tiempo, solo ruido en la AP-9. «Nin as administracións públicas nin, por suposto, Audasa, parecen preocuparse de xeracións de mozos que pasan polas nosas aulas, curso tras curso, soportando un ruído enxordecedor, este ano agravado por ter que manter as ventás abertas para facilitar unha ventilación que nos protexa do contaxio do coronavirus», señala el director del instituto de Chapela. Ahí tienen, insiste, «rapaces agardando que o Goberno español, a Xunta de Galicia e o Concello de Redondela obriguen a Audasa a colocar na autoestrada unhas pantallas acústicas que a empresa se comprometeu a instalar. Mentres tanto, as veciñas e veciños de Chapela seguen a pagar unha peaxe bochornosa que engorda o peto duns poucos e poucas para mal de moitos».
La situación afecta a todo el centro y durante todo el día ya que, teniendo turnos de día y de noche, hay actividad desde las 8.30 hasta las 22.30 horas.