El mantenimiento del barco de Coia se alarga por el mal estado del interior, peor de lo que se pensaba

l.c. llera VIGO /LA VOZ

VIGO

Luis Carlos Llera

El barco ha recibido una imprimación y tres capas protectoras para evitar la herrumbre en los puntos delicados

17 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El astillero Francisco Cardama, el mismo que restauró el buque de pesca Bernardo Alfageme, se esta encargando de su remozamiento y pintura para evitar que aumente la corrosión en un valioso barco histórico, cuya instalación dio pie en su día a una batalla vecinal en contra. Los técnicos del astillero han comprobado que el grado de herrumbre en el interior de la nave es «mayor de lo que creíamos». Está varada en la rotonda de Coia como un monumento en homenaje a las gentes del mar y allí recibe el impacto del viento y la lluvia. Por este motivo los trabajos de rehabilitación se van a prolongar más de lo previsto. Inicialmente iban a durar tres semanas y por lo menos se van a alargar una más. Pero todo dependerá del tiempo y las condiciones meteorológicas, aunque en el caso de lluvia los trabajadores de Cardama y de la empresa Vigra pueden seguir operando en el interior de la nave. Hasta el momento se han llevado a cabo el sellado y eliminación de la herrumbre en las juntas y otros puntos del barco. «Se ha sometido a una imprimación y hemos aplicadas tres capas protectoras para proteger el casco», señalan en la empresa. Los botes de pintura de diferentes composiciones y colores acantonadas sobre el césped de la rotonda dan fe del trabajo intenso de los últimos días, antes de que aprieten más las precipitaciones otoñales. Está previsto que el monumento se ilumine mejor con las luces de posicionamiento verdes y rojas.

El Bernardo Alfageme es el último buque de altura que se construyó con acero remachado antes de que se impusiese la moderna soldadura. El pesquero de 31 metros de eslora, se hizo en el año 1944 en el astillero Hijos de J. Barreras y estuvo en servicio hasta que en el año 1988 fue donado al Ayuntamiento de Vigo. Durante años estuvo abandonado en la dársena de Bouzas hasta que el Concello decidió restaurarlo y le encargó el trabajo al astillero Francisco Cardama. El coste de la rehabilitación del barco fue de cien mil euros pero los gastos de instalación en la rotonda de la avenida de Castelao y todo lo que conllevó supusieron un millón de euros. Fue un pulso que empezó en diciembre del 2014 y acabó con la plantada el 19 de febrero del 2015