Parejas de desaparecidos en el Villa de Pitanxo: «Nos preocupa que, al no estar casados, los niños queden totalmente desamparados»
VIGO
Mujeres peruanas como Marluz Esquivel, que tiene cuatro hijos con Edwin Córdoba, tampoco estaban registradas como parejas de hecho y temen que la burocracia deje a las familias de los marineros en un limbo legal
17 feb 2022 . Actualizado a las 19:12 h.Todas las familias que esperan noticias de los desaparecidos en el Villa de Pitanxo comparten un dolor irreparable, pero hay madres que tienen que asumir además el día a día con la incertidumbre de qué pasará con sus hijos. Es el caso de algunas mujeres peruanas que no llegaron a casarse con los hombres con los que compartían sus vidas y que temen que, por ello, no se reconozcan ahora los derechos de sus hijos. «Estamos preocupados por que, al no estar casados ni habernos inscrito como pareja de hecho, la aseguradora no responda y los niños queden desamparados», señala Marluz Esquivel, mujer de Edwin Córdoba.
La pareja, con cuatro hijos en común de 8, 5 y 2 años y Noa, de seis meses, tenía planeado casarse el año que viene. «Queríamos que la benjamina llevara los anillos ese día y teníamos muchos planes», recuerda emocionada. Marluz, que llegó a Vigo en el 2018, trabajó casi siempre, enlazando empleos de cuidado de personas mayores, hasta que nació la menor de sus hijas y se centró en el cuidado de su gran familia. Edwin era el que traía el dinero a casa y obtuvo la tarjeta de residente por arraigo familiar en el 2019, cuando nació, ya en Vigo, el tercer hijo de esta joven pareja. «Ahora, al cumplir los tres años en España íbamos a tramitar los dos a la vez la doble nacionalidad y, con ello, también la obtenían nuestros hijos mayores, pero todos los planes se han ido al tacho», lamenta impotente. En la reunión con personal del consulado de Perú en Madrid y Barcelona les han dicho que han de enviarle toda la información, pero Marluz tiene otras prioridades: «Gestionar el día a día de mis cuatros hijos y saber si puedo recuperar el cuerpo de mi marido, porque aún no sé si está en la lista de los cadáveres. Necesitamos velar el cuerpo de nuestros seres queridos», insiste.
Luissi Motta, presidenta de la asociación de madres latinas en Vigo, traslada la misma preocupación. «Pedimos que se respeten los derechos de todas las familias, estén o no casadas las parejas y vivan o no en España, porque queremos que se protejan a los hijos. Somos trabajadores que pagamos nuestros impuestos y muchos hijos también han nacido aquí y son gallegos», clama esta mujer, también peruana y residente en Vigo hace más de cuatro décadas.
Motta exige «respeto». «Nadie está yendo al Concello ni a ningún sitio a pedir dinero y pedimos que se nos trate con el mismo respeto, con independencia de la nacionalidad», insiste. Habla de otros casos de marineros desaparecidos, como el de Wiliam Arévalo. «Sus dos hijos nacieron aquí, pero ahora ellos residen en Perú y él les mandaba allá su dinero. Queremos que se proteja a estos niños también, porque la incertidumbre es terrible y todas las familias están desesperadas, no duermen desde que pasó la tragedia y necesitan que les devuelvan a sus seres queridos», advierte.