El mejor Borja Gómez brilla en la cuna del ciclismo

M. V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

El ponteareano, con síndrome de Down, compitió por primera vez fuera de España, en Bélgica, y con personas con discapacidad

23 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las expectativas con las que el ciclista ponteareano con síndrome de Down Borja Gómez y su padre, Calis, viajaban a Bélgica para la primera competición internacional de ciclocrós del chico eran muy altas. Pero vivida la experiencia, proclaman que la realidad ha sido incluso mejor de lo que soñaban. «Foi unha marabilla», dice el progenitor, encantado con lo que ha supuesto para su hijo participar en dos pruebas en la cuna del ciclismo en las que, como algo también novedoso en su trayectoria, competía contra otras personas con diferentes capacidades como él.

La mayoría de los participantes eran belgas, más algunos holandeses y un español, como les dijeron al preguntar al respecto sin saber que ese español era precisamente Borja. Se sintieron muy arropados y la organización, para la que Calis solo tiene palabras de elogio por su gran labor y de agradecimiento por le trato recibido, estaba a su vez feliz de poder contar con la presencia del gallego. «Tratáronnos moi ben. A xente achegábase a nós. Eramos os máis descoñecidos, porque alí fanse cinco ou seis carreiras ao ano a nivel nacional, mailas provinciais», explica.

Gómez padre se había enterado hace tres años de la existencia de estas pruebas para personas con discapacidad y se había empeñado en tratar de que Borja pudiera inscribirse. Tras investigar al respecto, contactar y que la pandemia se interpusiera, este año lo consiguieron. Porque Borja acostumbra a competir con corredores sin discapacidad y el reto de su padre era tomar nota de todo para poder desarrollar pruebas como estas en España en el futuro. «A miña idea era ver como se facía. Tomei nota de todo e a motivación ahora é aínda maior», expresa.

A su hijo le pasa exactamente lo mismo. «Xa dicía: ‘Yo quiero ir a más carreras como esta’. Volveu contentísimo, emocionado», relata. Calis se muestra orgulloso de cómo se desenvolvió Borja, que fue a más en el segundo día de competición respecto al primero. Todo era nuevo para él. «Na parrilla estaba ao final ao ser a súa primeira proba. Víao nervioso, todos saíron moi rápido e el estaba como pensando: ‘¿Podo pasar?’. Está afeito a que o adianten e non se atrevía ata que llo dixemos», detalla.

Al día siguiente, ya fue otro corredor sobre la bici. «Comentámoslle que tiña que saír a tope e así o fixo. Xa foi outro, foi Borja. Arrincou a fuego e pasou a moitos», resume. Más allá de eso, Calis también estaba muy satisfecho de haber visto el día anterior cómo había sido capaz de solucionar sin ayuda un contratiempo en forma de salida de cadena. «Viña coa bici ao lombo e eu estaba axudando a outro neno ao que se lle enredara. Colleu e meteuna el só», explica como otro pequeño gran logro.

No tienen conocimiento de las clasificaciones finales, pero si algo está claro es que era «o de menos». Allí todos los participantes suben al podio, dejando patente que los tiempos y los ránkings son algo secundario. De lo que está seguro Calis es de que Borja dio lo mejor de sí, superando a los corredores a los que estaba a su alcance adelantar en la segunda jornada. «Había un grupo duns oito que penso que debían ter discapacidades leves, corrían moito», observa. En estas pruebas competían juntos hombres y mujeres con distintas discapacidades desde la auditiva al autismo pasando por el síndrome de Down de Borja, entre otros. Calcula que quedaría «sobre o posto 15 ou 16».

Una auténtica fiesta

Los Gómez se sintieron partícipes de una auténtica fiesta a la que también se sumó por sorpresa el entrenador de Borja, Guillermo Carballido, que se plantó allí sin que el ciclista lo supiera. Todos pudieron comprobar que en Bélgica «o ciclismo está practicamente á altura do fútbol». Se pagaba entrada para presenciar la competición y la cita del domingo fue multitudinaria. «Había música, comida, bebida... Na miña vida vira algo así nunha competición de ciclismo. Contáranmo, pero velo de preto e comprobar que o viven así é incrible», añade.

Además, al ser el único que no procedía de Bélgica ni de Holanda, todos estaban encantados con la novedad de la presencia de «Boria», como dice su padre que le llamaban al no ser capaces de pronunciar correctamente la jota. Pero difícilmente más felices que él.