Los asistentes podrán ser premiados si comparten sus recuerdos del diario
17 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Vigueses y fóraneos y, sobre todo, lectores de La Voz de Galicia se detienen ante la exposición que recorre la historia del diario y crea un mosaico de recuerdos desde 1882 hasta el 2022 de la vida de los 2,7 millones de gallegos y, por supuesto, de las casi 600.000 personas que habitan Vigo y su área de influencia. En los diecisiete cubos colocados a lo largo del paseo del puerto, en el lateral de la piscina del Náutico, el público puede ver reflejadas las historias que durante 140 años este periódico se ha dedicado a contar a través del periodismo de proximidad, con catorce ediciones diferentes elaboradas desde las trece delegaciones repartidas a lo largo de Galicia y la unidad ubicada en Madrid. La muestra inaugurada el viernes permanecerá en la urbe olívica hasta el 26 de julio.
Manuel Figueirido (1943), suscriptor del periódico «desde hace muchos años», se dirigió expresamente al puerto en la mañana del sábado para conocer el contenido de la muestra. Se para frente al panel con fotografías de la redacción central, lo señala y recuerda la visita que hizo allí junto a su mujer. «Quería saber si, por casualidad, salíamos», admite mientras se ríe. Aunque no es el caso, se siente igual parte del relato colectivo que el diario ha ido tejiendo con los testimonios de la ciudadanía, de la que siempre ha querido estar próxima. Este vigués elige leer todas las mañanas La Voz por el modo que tiene de acercarse a retratar el pulso de la ciudad en la que siempre ha vivido.
Acuden quienes lo compra y también quienes lo vende, o vendía: «Cuando yo trabajaba como quiosquera, La Voz de Galicia en Vigo se vendía bien. La gente confía mucho en ello», cuenta Ana Martínez (1952), que trabajó en un punto de venta de prensa durante casi veinte años, del 1992 al 2009. Pero una de las portadas que recuerda con más intensidad es de antes de que ella trabajara en el quiosco. Está en el último cubo y anuncia las «cuatro series del ‘Gordo’ para Vigo» en el 1974.
Los grandes acontecimientos se entrelazan con los relatos de la ciudanía. La declaración de autonomía, la emigración gallega durante la dictadura franquista, o más recientes, como el desastre del Prestige, el accidente de Angrois o la tragedia del Villa de Pitanxo. Asisten a la muestra algunas de las personas que, de forma anónima, han formado parte de esas historias. Iñaki Rodríguez (1992) pertenecía a una de las unidades forestales que acudió cuando el Alvia dirección Ferrol descarriló. Rebeca Miranda (1986) lee «todos los días» La Voz de Galicia y recuerda cuando ella era parte de una de las noticias a las que accede todos los días desde Facebook: «Trabajé en la Residencia Doral durante la pandemia. Salimos en todos los periódicos porque había más contagios allí que en ningún sitio».
Las memorias de los lectores de La Voz, como las de Figueirido, Martínez, Rodríguez o Miranda, pueden tener premio si las comparten en el emplazamiento de la exposición. La muestra cuenta con un puesto habilitado este fin de semana y el que viene de 17.00 a 21.00 horas, en el que los visitantes pueden dejar por escrito un recuerdo relacionado con el periódico para participar en un sorteo de un patinete, una cena con alojamiento en el restaurante Culler de Pau, en O Grove, y un Apple Watch. Los ganadores se conocerán a final de año, cuando la muestra termine su recorrido por Galicia a través de todas las delegaciones de La Voz.