Estela Carrera: «Ahora que se habla tanto de salud mental, yo llegué a tener miedo a jugar»

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La portera alicantina del Porriño, clave en el triunfo frente al Guardés, se ha reencontrado en su actual club tras vivir momentos duros

30 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Estela Carrera se siente en el Porriño «cómoda como hacía mucho tiempo» que no se sentía. Se nota en su rendimiento, con una gran actuación en la victoria en el derbi de División de Honor Femenina de balonmano sobre el Guardés que le ha hecho ser elegida como la mejor jugadora de la jornada. Pero cuando se le pregunta por estos buenos momentos, la portera se retrotrae a los que no lo fueron en absoluto: «Llegué a tener miedo de jugar y de entrenar, aunque sea difícil de explicar».

La guardameta, de 31 años, habla abiertamente de que este buen momento que atraviesa llega después de superar un período de falta de confianza. «Ahora que se habla tanto de salud mental, yo pasé unos años malos entre lesiones y que no estaba bien», recuerda. A la pregunta de si perdió la ilusión hasta el punto de pensar en dejarlo, la respuesta es afirmativa. «Me lo planteé, pero venir al Porriño me hizo recuperar las ganas y lo agradezco mucho», explica.

Considera que su llegada a su actual club fue un punto de inflexión. Cuenta que la elección la tuvo clara: «El Porriño me representa porque siempre me han gustado los clubes familiares, los valores que transmiten, sentirte en casa, que cuiden a la cantera, que cuiden de ti». Ella necesitaba formar parte de un proyecto así para tratar de reencontrarse: «Sabía que me iba a llenar».

Y eso que también confiesa que el primer año llegó «un poquito más de puntillas», a la expectativa de ver qué le esperaba y cómo se sentía, pues venía de una operación de hombro y había estado cerca de un año parada. «Dentro de que una lesión es complicada, también puede llegar a agradecerse cuando la cabeza no está bien. Te hace replantearte cómo quieres estar o qué quieres cuando vuelvas».

Ella, en esos momentos del miedo, llegó a pensar que el balonmano no era lo suyo pese a su amplia y contrastada trayectoria. «Al final, conseguí salir de eso. Me decía: ‘Estela, llevas casi 20 años jugando y no has dejado de parar, no has dejado de saber jugar a este deporte. Me fui reencontrando». Fueron un par de años y se esforzó mucho por superarlo: «He trabajado mucho la cabeza con ayuda profesional. A día de hoy puedo decir que lo superé bastante y espero seguir así y que no vuelvan los demonios del pasado», desea.

Ahora, intenta no ser tan autoexigente y tomarse su deporte igual de en serio, pero con más tranquilidad. «Siempre me he presionado mucho, queriendo demostrar de lo que soy capaz. Esta pretemporada decidí que iba a hacer mi trabajo y si en un entreno no puedo estar al 100 % y parar todo lo que querría porque no es el día, intento mejorar otro tipo de cosas». Se centra en «mantener una línea y no estar subiendo y bajando a nivel mental».

También le ha ayudado pasar de dedicarse 100 % al balonmano a compaginarlo con estudios de técnica de rayos. «Me ha venido muy bien dedicarme a otra cosa. Ya no son 24 horas de balonmano , con la cabeza siempre en lo mismo, y eso me hace estar más despejada. Así disfruto más del tiempo de balonmano».

De todas maneras, la exigencia sigue estando y lo demuestra cuando habla de su actuación en el derbi. Admite que se fue pensando «en las que podía haber parado» y no paró. Y que cuando vio el partido repetido se vio «mejor de lo que pensaba». Dando pasos que alejan a los demonios.

Un Porriño que mira hacia arriba

A nivel colectivo, Carrera habla de marcarse «objetivos ambiciosos». Cree que la primera meta debe ser quedar entre las ocho primeras sin sufrir como otros años, pero además, entiende que conforme avanza la liga y vean que pueden, no deben renunciar a apuntar más alto. «Debemos mirar un poquito más hacia arriba y no hacia abajo, como en temporadas anteriores. Estamos cuartas, bien posicionadas, y creo que podemos aspirar a más, que lo estamos demostrando y lo merecemos».

No oculta que cuando ella fichó, hace dos temporadas, la idea era ya la de fijarse metas más altas. Pero las cosas no salieron todo lo bien que podían esperar. «El club tenía en ese momento un proyecto de algo más grande, pero esa temporada nos costó más de lo que a todos nos hubiera gustado», recuerda. Ya tenían un buen plantel y no se cumplieron «del todo» los pronósticos, reconoce. «Ahora creo que sí se está empezando a hacer realidad ese proyecto que el club tanto deseaba. Si seguimos en esta línea, vamos a estar ahí. Y el club lo merece por todo lo que da día a día», reivindica.

Cree que están capacitadas para mantenerse en la cuarta posición actual o rondando esa zona de la tabla. «El equipo está trabajando muy bien. Cada día damos un nuevo pasito, siendo capaces de corregir errores y compitiendo a un gran nivel», expone. Sabe que esto va por rachas y que llegarán momentos malos, pero valora mucho la confianza que ve en el grupo a día de hoy. «Estamos en una dinámica positiva y en crecimiento. Es complicado perder eso y estamos trabajando para seguir ahí. Nos tocaba disfrutar».

Carrera argumenta que si se pudiera ver desde dentro el trabajo diario que realizan, se valoraría más su esfuerzo y las victorias que están sumando. Para todo ello, es clave su técnico, Isma Martínez, para el que solo tiene palabras de elogio. «Es un currante, alguien que siempre mira por el bien del club y de sus jugadoras por encima de él y de muchas cosas. Es un ejemplo a seguir como entrenador y como persona. Nos ayuda a mejorar y me parece increíble cómo intenta sacar lo mejor de cada una. Siempre le vamos a estar agradecidas. Se merece todo lo bueno que le pueda pasar», agrega.

Un derbi especial para todos

En cuanto al derbi del pasado fin de semana, Estela se enfrentaba al primer equipo gallego en el que militó y con el que fue campeona de Liga, el Guardés. Si para todo el mundo es especial ese partido de rivalidad, ella era una de las que añadían el componente de haber jugado enfrente. «El Guardés fue algo muy grande para mí que siempre voy a recordar, pero ha pasado mucho tiempo, he pasado por muchos clubes y, aunque siempre va a ser parte de mi vida, hay que vivir afrontando y superando etapas», comenta.

Por eso lo más especial del partido era el ambiente que sabían que se viviría y que, efectivamente, no defraudó. «La forma en que se vive el balonmano aquí es una pasada. Se junta mucha gente por un mismo fin, que es ver este deporte y vernos a nosotras, eso lo hace muy especial», comenta. Además, se lo pudieron llevar después de casi siete años. «Es algo muy bonito, sobre todo para el club, pero nuestro objetivo es ganar todo lo que podamos, venga el equipo que venga y seguir en esta línea», enfatiza.

Si de antemano pensaba que era posible ganar al Guardés, dice, era más por ellas mismas que por el momento en el que pudiera llegar el rival, que no está rindiendo tan bien como en temporadas pasadas. «Nos fijamos más en nosotras, en lo que podemos hacer y aportar. Si seguimos así, creo que vamos a sacar muchos puntos y a dar muchas alegrías. Confiamos en nuestro trabajo».