Casa Obdulia, los callos de un restaurante Michelin en el mercadillo de la Alameda
VIGO
El chef Juan Manuel de la Cruz se traslada temporalmente a la ubicación navideña de Vigo con una carta breve y sabrosa
08 dic 2022 . Actualizado a las 01:58 h.El mercadillo de Navidad que ocupa la Alameda de Vigo durante dos meses tiene este año un peso más local que en anteriores ediciones. Entre los negocios vigueses que han decidido deslocalizarse de sus espacios habituales está Casa Obdulia, un restaurante que a la chita callando, sin hacer demasiado ruido mediático, está subiendo los escalones de la excelencia de dos en dos. Al frente está Juan Manuel de la Cruz, un cocinero tardío que se curtió en media docena de restaurantes con estrella Michelin (al lado de chefs como Berasategui, del que fue jefe de partida en Lasarte, o en Casa Marcelo, Zuberoa o El Ermitaño). Después volvió a Vigo para hacerse cargo del restaurante de sus padres, Casa Obdulia, un modesto local en Teis que lleva el nombre de su madre (Obdulia Figueiredo) y que desde que está en sus manos se come de lujo, como antes, pero con otro aire.
Este año, la revista especializada Tapas y la Guía Michelin lo han incluido entre los restaurantes que recomienda y de él señala la biblia del buen comer: «Modesta casa familiar a las afueras de Vigo. Su cocina de mercado, con detalles actuales, brilla por la calidad de sus pescados y mariscos (muchos vienen de la lonja de Bueu)». Entre los que han probado sus viandas está Leiva, del que el chef es superfan, Gonzo, Boris Izaguirre, Carlos Latre y otros artistas.
Ahora, Juan Manuel se ha acercado al centro de Vigo abriendo un puesto en el mercadillo navideño Cíes Market. Su caseta está a la altura de la oficina central de Correos, cerca del escenario. Para el pop up se ha traído básicos de la tierra gallega, que son del mar: mejillones, navajas, zamburiñas y berberechos que quitan el hipo; y para completar, callos, un plato típico de Casa Obdulia aunque no está en la carta del local en Teis: «Me apetecía ofrecer algo de cuchara, calentito, para este tiempo», cuenta añadiendo que su presencia en el mercadillo obedece al cierre temporal de su restaurante. «Estoy a la espera de una operación pero no puedo estar quieto», reconoce.