Los caminos del preparador físico redondelano, que dejó el Olympique, y del navarro están unidos desde hace 15 años y en febrero se incorporaron al Leeds
30 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los caminos de Javi Gracia y del redondelano Juan Solla se cruzaron en la temporada 2007/2008, cuando el navarro recaló en el Pontevedra. Desde entonces, no ha habido proyecto futbolístico del entrenador en el que el preparador físico no le haya acompañado, y el Leeds, donde ambos trabajan desde febrero, no iba a ser la excepción. Esta vez, le costó más que en otras ocasiones al gallego dar el sí, porque estaba inmerso en otro proyecto en el Olympique de Marsella, pero al final se decidió a vivir la que es su segunda experiencia en la Premier tras el Watford, entre el 2018 y el 2019.
Solla cuenta que Gracia tenía idea de descansar después de terminar el pasado verano su paso por el Al-Sadd. A él, sin embargo, le surgió la oportunidad de irse a la base del conjunto galo junto a Miguel Alonso y Marco Otero. Allí estaba a gusto, disfrutando de la experiencia de volver al fútbol formativo tiempo después. «Mi familia estaba bien, era un proyecto pensado para varios años, con buena gente y buenos profesionales. Me costó decidirme a dejarlo», admite. Pesó que «era una oportunidad muy buena también, volver a la Premier y con Javi», con el que lleva quince años, recuerda. Optó por el cambio «con mucha ilusión y esperando que salga bien».
Detalla que el vínculo con Gracia surgió cuando él trabajaba como readaptador en el Pontevedra, a donde él llegó de la mano de Alberto Argibay. «Cuando él se fue, me quedé. Javi decide contar conmigo como preparador físico, hacemos play-off, tenemos muy buena relación y cuando él acaba, decide que me quiere para seguir trabajando con él», repasa. En primer lugar, tras el conjunto granate, le surgió irse al Cádiz y desde entonces han compartido proyectos en clubes de diferentes países que incluyen Málaga, Valencia, Rubin Kazan o Watford, entre otros. Paralelamente, el técnico de Redondela sigue formando parte del cuerpo técnico de Marruecos, con el que ha estado trabajando en estos días de parón de selecciones.
Fue el mes pasado cuando se incorporaron al Leeds. Este nuevo reto deja su etapa en el Olympique en muy breve, pero también altamente positiva. «Fue una muy buena experiencia. Era una labor a la que hacía tiempo que no me dedicaba», dice recordando que sus primeros pasos sí fueron en categorías inferiores, en clubes como el Choco, el Celta o el Pontevedra, pero hace casi 20 años. «Era una parte que tenía olvidada y tanto Miguel Alonso como Marco Otero me ayudaron mucho. Era un proyecto de cambio radical de la academia, de filosofía de entrenamiento, de instalaciones... Una apuesta fuerte que se notara en un año o dos», detalla.
Del descenso a estar fuera
Pero de la misma manera, a Juan Solla le seducía también el desafío de un Leeds que cogieron en puestos de descenso el mes pasado y que ya ha comenzado a levantar cabeza, habiendo abandonado la zona roja. «En principio, es un proyecto de tres meses y luego, en función de lo que pase, veremos. En cuatro partidos, llevamos dos victorias, un empate y una derrota, que fue contra el Chelsea», resume. Un balance positivo, máxime teniendo en cuenta que «aterrizas en un equipo nuevo, con jugadores que prácticamente no conoces», aunque sí tenían referencias de muchos en lo futbolístico, precisa.
En Marsella le facilitaron la salida, aunque también trataron de hacerle reflexionar sobre la posibilidad de quedarse. «Hubo conversaciones largas y tuve dudas, pero lo entendieron. Ya se sabe que en el fútbol, a veces hay momentos en que surgen oportunidades y tienes que tomar decisiones. Creo que en este momento tenía que tomar esta», plantea. Agradece muchísimo a Marco Otero y Miguel Alonso su estancia en Francia y a Gracia la confianza que siempre le ha mostrado.
Tanto su anterior rol como el que asume actualmente los ha podido compatibilizar con la selección marroquí, con la que ya estuvo en el Mundial de Catar. Junto al vigués Eduardo Domínguez, formó la cota gallega de la gran revelación de la cita, en la que fueron cuartos tras caer en semifinales.
Rodrigo Moreno en el plantel y más gallegos en el club
Juan Solla detalla que a su llegada al Leeds se han encontrado «un club importante, con mucha gente, donde es fácil trabajar y todo el mundo quiere ayudar», algo que está haciendo muy sencilla la adaptación. El punto de partida era una situación complicada al encontrarse en la zona de descenso, pero destaca que se encontraron «un grupo de jugadores muy predispuesto a trabajar, a mejorar, con mucha ilusión». Observa que se trata de una plantilla joven y de ahí han podido venir «errores fruto de la inexperiencia» que combinan con las ganas de progresar». En ningún momento tuvieron la percepción de estar ante un equipo muerto, dice, como luego se ha demostrado con los resultados que han ido cosechando.
Al lado de esa juventud, uno de los veteranos es el canterano del Celta Rodrigo Moreno, que completa un toque gallego que no solo ponen él y el propio Solla. Porque previamente a su llegada, ya trabajaban en este club Willy Alonso como analista, Álvaro Domínguez y Rubén Crespo, que lleva cinco años en la entidad. «Tengo buena relación con ellos y siempre ayuda llegar a un sitio y encontrarte con gente conocida que sabe cómo funciona el club, te cuenta trucos y te ayuda a la integración», agradece.
En cuanto al regreso a la Premier, Solla guarda «muy buenos recuerdos» de la experiencia anterior, en el Watford, de ahí también que le apeteciera volver a adentrarse en esta competición. «Fueron dos años, pudimos llegar a la final de Copa y fue una experiencia muy buena y enriquecedora. Es una de las primeras ligas del mundo, por no decir la primera, y es muy ilusionante», añade.
El Leeds llegó al parón de liga en la decimocuarta posición con 26 puntos y dos de margen con el descenso, pero en línea ascendente desde la llegada del nuevo cuerpo técnico. Habían comenzado el curso con Jesse Marsch y Skubala ejerció como interino.