
La fábrica artesana viguesa Nós, que despacha al año cerca de 100.000 litros, saca una nueva edición especial bautizada 1923, que ya está en barril y en breve se venderá también en botella
06 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hace una década que Raúl Méndez puso en marcha la marca Nós, una de las primeras empresas de cerveza artesana, junto a su entonces socio Xulio Anxo. Lo hacían en medio de un bum de un sector en expansión que dejó atrás a muchos por un camino muy optimista pero poco realista. Arrancaron con una primera pequeña nave en el municipio de Mos con un equipo de elaboración de 500 litros. Un par de años más tarde conseguían abrir su cervecería del Casco Vello, a la que se sumaría la segunda en el entorno de la calle Venezuela. Hoy en día, su sede central está en la parroquia viguesa de Beade y su producción, que ronda los 100.000 litros anuales, se puede encontrar en más de 300 locales y puntos de venta entre establecimientos de hostelería y tiendas, además de en su página web, donde se pueden adquirir packs de 12 o de 24, combinando al gusto del consumidor las variedades que fabrican.
Tras dejar el bar de la calle Fisterra y el de A Palma, en este momento no tienen ningún local propio de la marca. «Pero lo habrá pronto. Estamos en ello», avanza Raúl. «Nós es una empresa pequeña, pero no paramos de sacar cosas nuevas y de evolucionar», explica el fundador de una firma que ha ido ganando terreno en barras, mesas y lineales.
«Xulio dejó el proyecto y durante la pandemia, etapa en la que lo pasamos muy mal, entró un socio, el holandés Titus Lighthouse, que nos ayudó muchísimo a seguir adelante. Fueron unos años duros. El 2020 aguantamos, pero en el 2021 pensamos que se acababa todo», reconoce. Con él sigue Ñuco, su mano derecha, y también su hermano Ubaldo.
Las referencias principales de su catálogo son la Nós lager original, Illas Cíes, Viuda Negra, Sálvora, Rei Zentolo, Radler con limón, Extra Hops y Fox Ipa, aunque esta última hace tiempo que no la hacen. «Y a mayores tenemos algunas cervezas que se fueron incorporando, como la 1809, una belgium ale que hicimos en conmemoración de la Reconquista de Vigo. La idea inicial era hacer un lote especial, pero funcionó también que la incorporaron al portafolio de forma fija. También acaban de sacar una referencia nueva, una helles bock que lleva como nombre 1923, cuatro números que hacen referencia al año de la fundación del Real Club Celta. «Ahora mismo la tenemos en barril, pero está a punto de salir en botella también», avanza.
En Nós tienen querencia por las ediciones especiales. «La última fue Vilariño Tropical, una Ipa que bautizamos así por la playa de O Hío, y también vamos a estar este verano llevando las barras el festival folk que se celebra allí», cuenta añadiendo que la semana que viene estrenan otra, en barril y en lata: «Es una New England Pale Ale (NEPA), turbia, superafrutada y con un toque amargo, que está ahora muy de moda. Haremos una tirada de mil litros que se va a llamar Rain in the Paradise. Todos los nombres tienen su porqué. En este caso, estábamos en un chiringuito de la zona de Aldán que tiene todas nuestras cervezas de grifo y de botella, y llovía. O Morrazo es un área con la que tenemos especial vinculación porque para nosotros es una extensión de Vigo», explica.
La denominación artesana, que es una de las características de su marca, ya no le gusta tanto como definición de su esencia como cuando empezaron. «Es una palabra que está muy prostituida. Se aplica en un montón de productos que de artesanos tiene muy poquito, y por eso, con el tiempo, dejé de gustar usar esa terminología».
Para el maestro cervecero, el límite está en la calidad y en no abaratarla en el proceso. «Aquí hay tecnología, la línea de embotellado es automática, reparto en furgoneta y las facturas las hago en un ordenador, pero eso no significa que no sea artesano. Para mí lo que destaca es la calidad y la honestidad. Que cualquiera que la pruebe, vea que detrás hay mucho trabajo y buen producto», sentencia.
Raúl Méndez se metió en el sector cervecero porque era un apasionado de esta bebida y empezó a hacerla en casa con un kit para principiantes. De sus recetas de aquella etapa destaca la Orixinal, que hoy en día es la versión de una las primeras que hizo. «Me enganchó y decidí dejar mi trabajo en el sector de la automoción. Al principio era una afición y con el tiempo se convirtió en algo serio». En su caso, no se arrepintió de dejar atrás su empleo. Recuerda que en el 2020 había en España cerca de medio millar de fábricas de cerveza artesana y de ellas no queda ni la mitad.