
La pianista Rosanna Ojea, impulsora con Javier Ferreiro del Vitruvia Café, toma las riendas de la academia Compass, fundada en 1985 por dos maestras del Martín Códax, que llevaba María Soa, de Fillas de Cassandra
14 jul 2023 . Actualizado a las 23:25 h.Casi 40 años hace desde que Carmela y María José, dos profesoras de infantil en el colegio vigués Martín Códax, ponían en pie la academia de música Compás. A pesar de quedar en la otra punta de la ciudad, por allí pasaron y se empaparon de armonía decenas de niños del centro educativo que sigue su curso al lado del aeropuerto de Peinador. Entre ellos estaba María Soa, alumna de piano que, con los años y las vueltas que da la vida, terminó siendo la penúltima gestora y maestra de piano de este centro de educación musical. María es culpable de al menos el 50 % del éxito del dúo Fillas de Cassandra, que integra junto a Sara Faro, y es precisamente ese momento de intenso trabajo que vive el dúo vigués, el que la ha hecho desistir del intento de compaginarlo todo. María deja la escuela porque prefiere hacer una cosa bien que dos a medias, pero queda en manos de otra gran experta, la profesora de piano Rosanna Ojea (Vigo, 1981).
Antes de la hija de Cassandra, el centro lo dirigía la pareja de músicos moldavos formada por una gran pianista, Natalia Coretchi, y su marido, Mihail, saxofonista. La llegada de la pandemia, al borde de su jubilación, les hizo tomar la determinación de traspasar la escuela. María, que fue su alumna como medio plantel del Martín Códax, tomó el relevo. El testigo lo acaba de recoger Rosanna, otra viguesa que ha demostrado una gran habilidad poniendo en marcha un proyecto que aúna, con gusto y estilo, la música y la hostelería.
Como recuerda la propia Rosanna, el proyecto que se hizo realidad en la viguesa plaza de Compostela en el 2015 con el nombre de Vitruvia Café (ese en cuyo piano de cola toca James Rhodes cada vez que visita Vigo) fue barruntado a medias con Javier Ferreiro. Ella impartía clases a sus hijas y terminó él mismo apuntándose a aprender. «Charlando nos dimos cuenta de que teníamos en menta la misma idea, abrir un local de ocio en el que la música en directo —también la clásica y el jazz—, fuese parte de su esencia y acercarla a públicos diversos. Ninguno de los dos teníamos ni idea del sector, así que nos embarcamos juntos en su puesta en marcha», explica.
Aunque sigue colaborando en su programación y en el festival de clásica y jazz Vigo Jazz Class en la Alameda que se gestó allí, Rosanna dejó atrás la etapa del Vitruvia desde la pandemia. Lleva una década dando clases en la escuela Amadeus, pero ahora afronta el nuevo reto de dar forma a esta academia que atesora tanta historia. «Lo que me parece atractivo de cogerla es la idea de popularizar el hecho de querer tocar un instrumento, más allá de lo académico. Si quieres otro plan más formal tienes un conservatorio, pero esta será una academia de música para tener la afición más desarrollada o descubrirla. «Para niños, sí, pero también para adultos, para quien saca un ratito de sus obligaciones cotidianas o quien está jubilado y al fin tiene tiempo».
La viguesa se llevará su piano de cola. La conexión Rhodes está consolidada, así que es cuestión de tiempo. La profesional se plantea hacer a mayores audiciones y conciertos aprovechando su vinculación con el café. De hecho, cuenta que conoció a María Soa porque fue a Vitruvia a grabar un videoclip de Fillas de Cassandra. «Me dijo que le gustaría encontrar a alguien a quien dejar la escuela que tuviese sensibilidad para llevarla y que se involucrase tanto como ella quería haber hecho». Surgió afinidad y oportunidad, «que se abre, además, para popularizar este aprendizaje». Ojea también prestará atención a la correspondencia estética entre lo que quiere hacer y lo que transmite la imagen, «para que sea ese momento apetecible», explica. Además, le añadirá la letra ‘s’: Compass, «por el juego de palabras. En inglés es brújula y creo que la música también lo es. Y lleva el lema De Bach a Glass porque abarcamos varias épocas y estilos». Ojea, que estudió Publicidad y Relaciones Públicas tras formarse en el Conservatorio Superior de Vigo, fue alumna de Rasa Biveiniene, pianista lituana afincada en la ciudad. «Siempre compartimos proyectos o tocamos a cuatro manos, así que también estará muy ligada a Compass», cuenta sobre un plantel en el que de entrada habrá también guitarra, saxofón, violín y canto, con un mantra común, el entusiasmo. Empezarán en septiembre y la matrícula ya está abierta.
Ahora Rosanna cursa un máster en neuromúsica y está entusiasmada con el estudio del valor terapéutico de la música, «que contribuye al desarrollo cognitivo en la infancia y a la prevención de su deterioro en adultos. Es muy sana, tiene un gran poder emocional, buena para la cabeza y para el alma», concluye.
Dónde está: Taboada Leal, 17. Vigo