La mayoría de las personas intentaron conseguir los tiques online, pero se agotaron en dos minutos
25 jul 2023 . Actualizado a las 21:05 h.«Nos cerraron la taquilla en nuestras narices», comentó Luisa. Ella, como muchos otros, hizo cola desde la mañana de ayer en la Praza do Rei para hacerse con una de las entradas del concierto de Alejandro Sanz, que actuará en Castrelos el próximo 27 de julio. Pese a haberse metido en la fila a las 6.30 de la mañana, Luisa no pudo competir contra el millar de personas que habían madrugado todavía más que ella, o incluso que habían pasado la noche en frente del Ayuntamiento. Es el primer concierto de Castrelos en el que la gente se queda sin entradas. Los 5.000 pases se dividieron en dos mitades, una para el turno de mañana a las 9.30 horas y otra para el turno de las 16.30 de la tarde. En ambos casos, se distribuyeron a partes iguales entre la venta física y la modalidad en línea.
«A mí, Alejandro Sanz, ni fu ni fa. Si hubiera sabido que tendría que esta aquí hasta las cinco de la tarde, no hubiera venido», continuó Luisa. La mujer, que vino por acompañar a sus amigas, hizo cola durante toda la mañana para que, al llegar a taquilla, se diera de bruces con la palabra: «Agotadas». Lo bueno; estaban de primeras para el turno de venta de la tarde. «Con solo dos taquillas para vender entradas, la espera se hizo interminable», añadió Luisa, ya que hicieron falta casi cinco horas para repartir los 1.250 tiques de la mañana.
Para algunas, la espera fue más tediosa. «En la cola llevo nueve horas, pero esperando para verlo en directo llevo 23 años», señaló Everlives, que desde su llegada de Colombia soñaba con ver al madrileño sobre el escenario. Estaba también entre las primeras de la fila, y se compadecía de los que iban llegando al final de la cola, donde no alcanzaba la vista. «Lo tienen complicado», apuntó.
En el otro extremo de la Praza do Rei se sucedían recién llegados y caras largas. «No hay esperanza», aseguró Ruth. Ella había llegado a las 15.00 de la tarde, pero ni con una hora de antelación estaba segura de que conseguiría su entrada. «¿Puedes adivinar cuánta gente hay por delante? Yo ya perdí la cuenta», se lamentó. Una de sus amigas, Teresa, insinuó que se había producido un «tongo» con la venta de entradas por Internet. «En dos minutos, estaban todas agotadas», señaló.
Esta queja la compartían muchos de los que esperaban por su entrada. Al no haber accedido a la venta online, probaron un último intento con el turno presencial de la tarde. «No puede ser que la plataforma no te deje tiempo suficiente para hacer el pago una vez ya estás dentro», se quejó Paula, alegando que, de esta manera, la entrada se va para el que sea más rápido tecleando.
«Un concierto así tendría que hacerse en Balaídos. Si te gusta el artista, lo pagas», sugirió Andrea. La fan de Alejandro Sanz llevaba dos horas haciendo cola porque tampoco pudo acceder al trámite en línea. «Se van a quedar sin entrada personas a las que realmente les gusta el cantante, y van a entrar otras a las que no le importará tanto», argumentó.
A pesar de estos contratiempos, la mayoría de los fans se mostraban ilusionados por ver al cantante madrileño. Pedían que volviese a los clásicos y les gustaría que se arrancase por bulerías. Para muchos de ellos, esta sería la primera vez que lo ven en directo, y fantasearon con la posible invitación de algún artista invitado. Apostaron por Malú y Antonio Orozco.
Más de uno expresó su preocupación por el estado del cantante. «Creo que está pasando por un mal momento», dijo Carmen. La seguidora se refiere a la estafa que Alejandro Sanz sufrió por parte de uno de sus mejores amigos, y que se hizo público el mes pasado. Se cree que esta traición habría llevado al cantante a sentir un profundo malestar y a caer en la bancarrota. «Le damos un centollo y seguro que se le pasa», zanjó María Jesús.