El archipiélago de Nigrán es uno de los espacios naturales de Galicia menos conocidos
16 ago 2023 . Actualizado a las 12:36 h.Son, seguramente, el menos conocido de nuestros espacios naturales. Puede que muchas personas, incluso, descubran en este momento que se trata, además, de un espacio protegido. Nos referimos a las islas Estelas, en Nigrán. Situadas justo delante de la península de Monteferro, conforman un pequeño archipiélago formado por las dos islas principales: Estela de dentro, la mayor, y Estela de fóra (en función de su proximidad o lejanía del continente) y los pequeños islotes de As Serralleiras.
Desde el 2004, y con el código ES1140012, las islas y el área marina entre ellas y el borde marítimo de toda la península de Monteferro que abarcan un total de 725 hectáreas, son LIC (lugar de interés comunitario) integrado en la Red Natura 2000, dividiendo su espacio protegido en dos áreas: las zonas de especial protección (la parte insular) y zonas de especial conservación de sus valores naturales (la parte marítima).
Parece mentira que en una superficie tan pequeña lleguen a coexistir nueve unidades ambientales (ecosistemas homogéneos) y catorce tipos de hábitats diferentes incluidos en la directiva europea de protección, y que van desde cuevas marinas y cantiles con vegetación atlántica hasta grandes calas poco profundas, arrecifes y queirugales secos. La vegetación de las islas es fundamentalmente arbustiva, con tojos de buen tamaño, y queirugas. Esta vegetación está condicionada a las condiciones extremas de vivir pegadas al mar y a la llegada de ratas y la introducción de conejos desde el continente. Por otra parte, las islas son el paraíso para la lagartixa dos penedos (Podarcis hispánica). Varias aves incluidas en la directiva 2009/147/CE sobre conservación de aves silvestres encuentran refugio y alimento en las Estelas y su entorno marino, especialmente algunas migratorias como la pardela balear, el charrán (tanto común como el patinegro) y el fascinante y pequeñín Paíño europeo y el Carrán mouro en peligro de extinción. Entre los peces, hay que destacar dos especies de zamborcas (sábalos: Alosa alosa y Alosa fallax) señalados como de interés por la comunidad europea. Y por fin los mamíferos marinos, tanto golfiños como arroaces (delfín común y delfín mular) y la pequeña toniña (marsopa Phocoena phocoena), nuestro cetáceo en mayor peligro de extinción, como lo están también un erizo de mar (Echinus esculentus) y una gorgonia (Eunicella verrucosa) que figuran como vulnerables en el catálogo de especies amenazadas y también presentes en los fondos marinos de las islas.
Las Estelas cuentan con algunos factores importantes para ayudar a su conservación: prácticamente carecen de playas, son difícilmente accesibles y su vegetación, como decíamos, incluye tojos de buen tamaño. La combinación de «aquí no hay playa» sin caminos y con una flora hostil al visitante hace que carezcan de interés turístico, y eso suele ser un alivio para la naturaleza. Y ya puede ser así, pues la UE acaba de dar un importante tirón de orejas a la Xunta, advirtiendo que incumplimos los requisitos de la gestión de hábitats en los espacios Red Natura y tenemos que definir sus objetivos y medidas de conservación, cosa que no hacemos.
Animamos a ver las Estelas desde Monteferro, pensando que no es necesario que lo pisemos todo. Que un espacio natural protegido tenga un récord tras otro de visitantes no es su objetivo fundamental. Dejemos a la naturaleza su espacio.