Prohíben el baño en la playa para perros de Vigo y los usuarios creen que son falsos avisos

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

El acoso vecinal que sufren provoca confusión en el arenal de A Calzoa, pegado a Samil

14 sep 2023 . Actualizado a las 00:46 h.

El acoso por parte del entorno vecinal del que dan cuenta los usuarios de la playa canina de A Calzoa, motivado por su empeño mostrado públicamente en varias manifestaciones para que sea revocada la autorización del Concello de Vigo para este uso, empieza a surtir efectos indeseados.

Los afectados que residen en las casas pegadas a la playa, amparados por la asociación de vecinos de Coruxo, siguen sin conseguir volver a disfrutar de ese arenal ellos solos aduciendo el daño que los perros causan a las aves marinas que anidan en las rocas. Sin embargo, puede que logren que haya perjudicados humanos. Un aviso por redes sociales en una página sobre ocio con mascotas, alertaba anteayer a quienes suelen acudir a esta playa con sus canes de un «posible falso anuncio» de prohibición del baño en este arenal ubicado al lado de la desembocadura del Lagares.

«No descarto que sean los vecinos, nos tiene muchas ganas», señalaba ayer Juan, un vigués que paseaba a su perro por la orilla. Opiniones similares en la que expresaban incredulidad o sospechas de que el veto al baño no provenía de ninguna autoridad oficial, se recogían en la comunidad perruna unida en la página de Facebook que tiene 25.800 seguidores.

Sin embargo, la información era cierta. Concello y Policía Local confirmaron ayer que se trataba de un aviso oficial de los servicios sanitarios de la Xunta de Galicia, que realizan muestreos periódicos en las playas gallegas.

A la campaña vecinal se sumó, tras varias movilizaciones convocadas desde que se autorizó A Calzoa, el colectivo ecologista Greenpeace, que denunció el «impacto negativo sobre aves y nutrias» y describe en un informe esta playa como «un arenero canino descuidado, carente de vigilancia, horarios y aforo», asegurando que es «la primera causa de las denuncias en la ciudad» y «un espacio público de convivencia que ha sido transformado en un lugar de constantes conflictos».

Usuarios que acuden con sus mascotas a esta playa cuentan que se han sentido intimidados en varias ocasiones. La zona de acceso a este arenal denota que la convivencia no es idílica. Junto antes de las escaleras, una especie de lápida anuncia el mal rollo: «A Calzoa. DEP», se puede leer sobre ella. Debajo, la fuente pública de la red municipal no echa ni una gota de agua y los bañistas comentan que lleva así durante todo el verano: «Ni la fuente ni las duchas, nos tememos que forma parte de un boicot», sopesa Emilio.

Bajando, nueve señales concentradas en 30 metros cuadrados indican al visitante que debe seguir el camino de la derecha para no entrar en otra parte del arenal que no está separada de la perruna. Allí no había ayer ningún cartel que indicase que no está aconsejado el baño. Varias personas disfrutaban del mar nadando en el agua. Bañistas y mascotas convivían plácidamente. El único ser vivo que se encontraba cerca de aves, en concreto un gran grupo de cormoranes, era un individuo que buscaba algo entre las rocas.