Las especies, irrecuperables para la vida silvestre, pasan los días empapadas sin cubierta y sin volar
08 nov 2023 . Actualizado a las 01:01 h.Aves irrecuperables para la vida silvestre permanecen a la intemperie en las instalaciones de Vigozoo. Dos águilas culebreras (Circaetus gallicus) pasan las horas empapadas porque no pueden volar para ponerse a resguardo en el pequeño espacio que tienen cubierto dentro de su aviario. Del mismo, un milano negro (Milvus migrans) también se encuentra expuesto a la lluvia que cae de forma muy abundante durante estos días. Los informes de los cuidadores sobre las malas condiciones en los que se encuentran estas aves rapaces se repiten con frecuencia. La observación que hacen es que pasan las horas «empapados».
Las águilas culebreras proceden de los centros de recuperación de especies amenazadas de Cádiz y de Jaén. Presentan luxaciones en las alas provocadas por accidentes, lo que las incapacita pa el vuelo, haciendo imposible su reintroducción en el medio natural. El milano negro tiene una fractura irrecuperable en el ala izquierda. Llegó del centro de recuperación de especies amenazadas de Zamora en mayo. Afrontará su primer invierno sin ninguna protección contra la lluvia.
Trabajadores del zoo alertan de que, en estas condiciones estos ejemplares podrían morir por hipotermia a lo largo de los próximos meses. En otra sección del aviario hay águilas de Harris (Parabuteo unicinctus). Hacían tareas de seguridad aérea en el área de control de fauna en el aeropuerto de Vigo. El Seprona las entregó al zoo en cumplimiento de un auto judicial. Son irrecuperables para la vida silvestre porque fueron criadas como aves de cetrería. Para que se puedan refugiar del mal tiempo, les han puesto unas madrigueras en el suelo en las que nunca se meten, puesto que son aves que buscan lugares a cierta altura. El techo del aviario es una reja que hace que las aves se encuentren a la intemperie.
La situación de este aviario es una muestra de la precariedad de medios del zoo, denuncian los trabajadores. Señalan que las inversiones que se están realizando son para realizar mejoras estéticas del entorno, en lugar de procurar el bienestar de los animales. Por ejemplo, en el aviario se han plantado una gran cantidad de especies botánicas, pero la estancia no reúnen las condiciones adecuadas para las aves. «Anteriormente, la instalación era fea, pero los animales se encontraban a cubierto», critica un trabajador del zoológico. Los cuidadores de A Madroa también tienen que hacer tareas de embellecimiento como limpiar cristales, barrer caminos o retirar excrementos en las piedras. «Cuanto menos tiempo pasemos con los animales, mejor», denuncian. Echan en falta vehículos adecuados, medios para dar de comer a los animales o un lugar donde depositar los excrementos que se echan en el monte.
La plantilla está bajo mínimos, con siete de doce cuidadores
Los trabajadores denuncian que la plantilla del zoo se encuentra bajo mínimos. Hay un total de doce cuidadores, de los que cuatro están de baja de larga duración. Además hay otra cuidadora liberada sindical. Se trata de puestos que se encuentran vacantes y que el Concello no está cubriendo. A un trabajador que se acaba de incorporar de una baja le han denegado su derecho a vacaciones.
Como los que quedan también tienen derecho a descansos y vacaciones, hay turnos en los que hay un solo cuidador y, en ciertas ocasiones, por la tarde no hay ninguno en activo, aunque acuden al cierre de los animales. No obstante, señalan que la alimentación y la higiene de los animales está asegurada, si bien quedan otras tareas pendientes.
Comisiones Obreras denuncia el «desmantelamiento del servicio» y que no se provea de más personal para cubrir las bajas, mientras las ofertas de empleo público llevan muchos años atrasadas. «Al final son los animales quienes pagan todo eso», señala el portavoz de CC.OO., Marcos Caaveiro. La plantilla demanda que se incorporen más cuidadores de animales. Señalan que el Concello contrató a cuatro peones, pero solo pueden echar una mano en tareas como rastrillar siempre y cuando no haya animales sueltos, dado que no cuentan con la preparación adecuada. Además demandan inversiones en las instalaciones que redunden en la mejora del bienestar de los animales y no en cuestiones decorativas. La caseta del árbol instalada hace unos años se encuentra en desuso.