Comerciantes de Vigo se atrincheran en sus negocios para evitar más robos

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Los ladrones han asaltado una tienda de Sanjurjo Badía tres veces en diez días

10 nov 2023 . Actualizado a las 01:41 h.

Hay que llamar al timbre para entrar en una tienda de ropa de la calle Sanjurjo Badía. Las dependientas miran quién lo hace antes de abrir. Tienen miedo a sufrir más robos y por eso son muy cuidadosas a la hora de permitir el acceso al establecimiento. Un cartel en la puerta explica el motivo de tantas precauciones: «Debido a los robos que hemos sufrido durante los últimos días, rogamos a nuestros clientes que llamen a la puerta para poder entrar». En menos de diez días ya les han robado en tres ocasiones. Los ladrones entraron con todo el descaro. Arramplan con todas las prendas que pudieron con las perchas incluidas y se marcharon corriendo por donde llegaron.

Es la primera vez en muchos años que entrar a saquear en esta tienda y, en cuestión de unos días, ya les han hecho disparar todas las alarmas. No es un hecho casual. Los presuntos autores han sido siempre los mismos. Llegaron a entrar dos veces en un mismo día. Se trata de un hombre de unos 50 años y una mujer de menos edad. Son vecinos de la zona que han sido identificados y denunciados. A las dependientas todavía no se les ha quitado el susto en el cuerpo. Hay clientes que les han expresado su solidaridad. A raíz de estos sucesos, la empresa ha instalado cámaras de seguridad para poder tener pruebas contundentes en el caso de que intenten repetir otro robo.

A las víctimas del barrio de Teis en Vigo les resulta preocupante que sigan campando a sus anchas por el barrio. No van a la cárcel por robar unas prendas en una tienda de ropa. Pero los vecinos y comerciantes de Teis están hartos de sufrir tantos hurtos. Perciben un incremento de la delincuencia en el barrio. Todo por culpa de la droga, que destruye a las personas y les incita a delinquir para poder aliviar sus adicciones.

Los vecinos señalan que hay puntos de venta de droga muy conocidos en el entorno de Sanjurjo Badía, que son focos de delincuencia. «Está habiendo muchos robos. El barrio degeneró mucho. Lo veo porque salgo muy temprano a la calle y hay una ambiente muy rarillo», afirma Mari Luz, que regenta un quiosco. Dice que los cacos «son gente que lleva aquí toda la vida». Hace unas semanas violentaron varias furgonetas aparcadas en el entorno de la plaza de abastos. Los ladrones sustrajeron herramientas de uno de los vehículos que, posteriormente, intentaron vender en un bar de la zona. Por el barrio también se están vendiendo rascas de la suerte que fueron robadas a un vendedor del Calvario. «Es un desmadre bestial. La preocupación es muy grande», señala el propietario de una tienda de alimentación. 

Más medidas

Los residentes de la zona demandan medidas para poder atajar la falta de seguridad. De hecho perciben que hay un incremento de la presencia de la Policía Local y de la Policía Nacional. Patrullan por la calle para lograr un efecto disuasorio y, otras veces, con sigilo para sorprender a los amigos de lo ajeno. «La policía anda muchas veces con las luces apagadas», señala un tendero que se levanta de madrugada para ir a buscar la mercancía. Aún así, los delitos se siguen produciendo, tanto los hurtos en los comercio con en viviendas.

Según las últimas estadísticas que maneja el Ministerio del Interior, de enero a junio de este año se produjeron un total de 4.397 delitos en Vigo, lo que representa un 11% menos que el año pasado por las mismas fechas, cuando los ilícitos penales alcanzaron los 4.945. De estos, los hurtos son los ilícitos más recurrentes y han aumentado 5,9 % durante el primer semestre del año. Las fuerzas del orden tienen constancia de un total de 1.632 hurtos de enero a junio.

M.MORALEJO

«Llevaba mucho tiempo sin vender jeringuillas en las guardias»

 Los hurtos y la drogadicción son dos fenómenos que muchas veces suelen ir unidos. Los drogodependientes se ven abocados a delinquir para conseguir el dinero con el que aliviar su síndrome de abstinencia. A falta de estudios que muestren la evolución de la incidencia de las drogas en la población, puede resultar sintomático que en farmacias de Teis se estén vendiendo más jeringuillas fuera de los horarios habituales de apertura al público. «En las guardias de noche las he vuelto a vender. No es un dato objetivo porque solo estamos dos farmacias abiertas, pero llevaba mucho tiempo sin hacerlo», señala Marta, responsable de una farmacia de Sanjurjo Badía. El establecimiento también sufre hurtos con frecuencia por parte de clientes que entrar con alguna receta y se acaban llevando sin pagar algún producto de los mostradores, como cremas o mascarillas de tratamientos faciales. «Nos damos cuenta cuando queda el hueco y comprobamos que no ha habido ventas», señala esta farmacéutica. De hecho, hay productos que han retirado de sus estanterías porque saben que «desaparecen como por arte de magia».