El cartero publica «Fuck ?N Roll» su primera novela, una obra semibiográfica ambientada en el Vigo de los años 80 y 90
09 nov 2023 . Actualizado a las 21:46 h.José Arce es cartero, pero no el de Pablo Neruda. El vigués del 65 es también escritor y Fuck ‘N Roll, su ópera prima. Adicto a la palabra y al rock and roll (es miembro del Clube de Adictos a Deep Purple), adora su ciudad, donde ha vivido en primera persona la década de los 80 y los 90. En ella se desarrolla la narración de su primer y osado libro en el que el sexo desinhibido es parte fundamental la historia protagonizada por un joven bisexual. Se presenta el sábado, 11, a las 19.00 horas en Espacio Muta (J. Loriga, 9).
—¿Calificaría su novela como muy atrevida?
—El sexo es un tema muy poco tratado en la literatura y menos a este nivel. Se habla de ello con muy poca naturalidad y es un género complicado. A mi me gusta hablar de ello con mujeres porque las charlas con hombres sobre el tema acaban siendo una competición de decir burradas. A lo largo de mi vida he encontrado cero hombres con los que hablar de erotismo.
—¿Está más cercana a «50 sombras de Grey», a Henry Miller, al marqués de Sade, a «Las edades de Lulú», al «Kamasutra», a «El Decamerón», a «Lolita» o a ninguna de ellas?
— Es más cercana al marqués de Sade y a Las edades de Lulú porque tiene nivel pornográfico bastante alto, pero me gusta pensar que también es romántica.
—¿Qué hay de usted en el personaje protagonista?
—Hay un poco de melodrama y algo de sufrimiento. Hay el desamor por el que he pasado recientemente, pero David, el protagonista, es un misógino, no me gusta como trata a las mujeres. Es bisexual y eso me podría definir a mi. No me considero ni homosexual ni heterosexual, pero tampoco sé si podría encajar en la etiqueta de bisexual. Prefiero no ponerme ninguna.
—La de cartero es una profesión bastante literaria pero a usted no le gustaría más llevarle el correo al guitarrista de Deep Purple?
—Antes de cartero fui camarero en Londres, representante de varias empresas de material de construcción, tuve un puesto de quesos en Teis y con 54 años decidí presentarme a las oposiciones para cartero. Saqué una nota buenísima y empecé a trabajar en Madrid porque no tenía la puntuación necesaria para estar aquí. Me encanta mi trabajo y ojalá Ritchie Blackmore tuviera una casa en O Hío para llevarle cartas, pero por desgracia no es así.
—¿Se le ocurren muchas historias trabajando?
—La verdad es que no. ¡Voy tan rápido y tan ocupado que no me da tiempo a nada más! Las ideas se me ocurren de madrugada, me despierto y las grabo en el móvil para no olvidarme.
—¿Qué importancia tiene Vigo en la novela?
—Toda. Vigo es una parte fundamental de mi vida y de la obra. Soy vigués de pura cepa, he vivido fuera y la he echado de menos muchas veces, pero por suerte he vuelto hace un año de Madrid. Viví intensamente el Vigo de los 90. David vive su adolescencia en el de los 80 y su juventud en los 90, que es muy parecida a la mía. En las páginas sale el Vademecum, el Porco, la Colegiata, el Código de Barras... sitios que me marcaron.
—¿Y el rock and roll?
—Me encanta. Y me apasiona el heavy metal, aunque también escucho jazz, blues, clásica o música disco. Pero el libro está muy basado en rock de finales de los 60 y los 70, que es la época que más me interesa. Cada capítulo lleva el título de una canción. He tardado 5 años en escribir el libro en mi tiempo libre. Lo pasé muy bien y también muy mal, sobre todo en lo que refleja la novela sobre mi adolescencia. Me lancé a publicarla gracias al impulso que necesitaba y me dio mi editora, Rita Más, que es poeta.