La nueva vida continuista del PBB

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

El equipo porriñés descendió de LIga EBA por arrastres tras cinco años y ha mantenido el entrenador y al grupo para pelear por un ascenso difícil

11 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco temporadas después, el Porriño Baloncesto Base perdió el curso pasado su plaza en Liga EBA. La peleó hasta el final y, de hecho, fueron los arrastres los que condenaron al equipo al descenso. El palo fue grande, reconoce su técnico, Jenaro Alonso, que confiesa que no lo llevó nada bien. «No sé explicarlo bien. No es que sea un entrenador acostumbrado a ganar o a grandes logros, pero me mató por dentro. Algo se rompió en mí y, emocionalmente, todavía no he sido capaz de recuperarme», se sincera. Con todo, ha sacado fuerzas para seguir al frente.

Más allá de la «sensación extraña» que le ha quedado a él, es consciente de que para el club también ha sido un golpe importante. «Generábamos ingresos que hemos dejado de percibir. Nos acostumbramos a algo como si fuera normal cuando era extraordinario», reflexiona sobre el hecho de haberse mantenido un lustro pese a ser un equipo no profesional, donde nadie cobra, con limitaciones para acometer fichajes y, a mayores, la fortuna les dio la espalda en el capítulo de lesiones. «Si lo ves de forma racional, no debería ser tan grave ni profundo, pero las emociones no puedes controlarlas», asume.

Pero el descenso es un hecho y el club encomendó a Alonso seguir al frente de un «proyecto de continuidad absoluta». Él dio una baja, recuperaron a algún jugador que ya había pasado por la entidad —Iván Losada y Daniel Domínguez—, subieron a dos integrantes de su segundo equipo y mantuvieron el bloque. Aparte de tener la suerte de poder incorporar a Coke Aller, que se trasladó por trabajo a la zona; en contraposición con lo anterior, también tienen el hándicap de las bajas por lesión de Daniel García e Iker Besada.

Hubo jugadores que tuvieron ofertas de EBA, pero que se decantaron por seguir en O Porriño, algo que Jenaro Alonso agradece sobremanera. «Les dije a todos que iba a ser el entrenador y que eran libres de irse cuando quisieran y tomar su camino, sin acritud», señala. A lo que la gran mayoría respondieron quedándose en el club a sus órdenes una temporada más. A partir de ahí, ha tocado afrontar un proceso de adaptación.

Llegados a este punto, es inevitable pensar en tratar de lograr el ascenso, pero el preparador deja las cosas claras: «Intento ser realista. Es complicando, nos está costando adaptarnos y sacar el rendimiento al que estamos acostumbrados». Aunque también ve «brotes verdes» y percibe que van, poco a poco, «recuperando sensaciones y señas de identidad» que pasan por pelear y no bajar los brazos en ninguna circunstancia, ahonda. «Se ve que el equipo tira en la misma dirección. Es básico en esta forma de entender el deporte y estoy muy orgulloso de ello. El grupo humano es de diez», añade.

A día de hoy, el entrenador del PBB dice que no sabe cuál es el «objetivo real» de su equipo esta temporada, más allá de mantenerse arriba en la segunda fase —son segundos por detrás del CLB Vilagarcía—. «Llevamos dos derrotas, quedan tres partidos y malo será. A partir de ahí, intentar competir y terminar la temporada entre los cuatro primeros para jugar la final a cuatro», expone. Asegura que mentiría si dijera que piensa en volver a EBA porque, a día de hoy, no puede predecir si estarán en condiciones de luchar por esa meta.

De momento, tiene presente que les está «costando competir de manera regular, ser constantes» en los partidos, mientras en los entrenamientos no tiene absolutamente ningún pero que poner al trabajo diario. Además, asume con naturalidad que a estas alturas haya margen de mejora. «Es normal no estar totalmente centrados y estables. Vamos viendo detalles que hay que corregir», aprecia.

De su grupo, destaca al líder, el Vilagarcía, que les ganó y del que valora que está ofreciendo «un nivel muy alto», con la única duda de si les aguantará la gasolina. Prevé que Betanzos, que también descendió, Cambre y Obradoiro también van a estar en la lucha. «No pienso más que en el partido de la semana que viene», asegura.

Como entrenador, para él, el desafío es independiente de la categoría. «Intento ser lo más profesional posible. Toda categoría me merece el máximo respeto. El reto siempre es dejarlo todo», señala. Pero no oculta que le gustaría devolver al Porriño Baloncesto Base «a donde merecen el pueblo y el club».