Crea un protocolo de riesgos laborales para concretar qué hacer y con qué medidas de protección trabajar para evitar intoxicarse cuando este droga llegue a la ciudad
19 oct 2024 . Actualizado a las 02:06 h.El fentanilo es una molécula de síntesis relacionada con los opioides que normalmente se utiliza en el ámbito sanitario, como analgésico potente para el dolor crónico y en pacientes oncológicos, o como potenciador en anestesia. También es la última droga que ha sacudido a los EE.UU., igual que hace cinco décadas ocurrió con la heroína o ya en este siglo con el crack. Los efectos nocivos que causan en sus consumidores, convirtiéndolos en zombis que deambulan en busca de otra dosis, se mira con preocupación desde España por su condición de país de entrada de drogas llegadas del continente americano.
La Policía Nacional, a través de su departamento de riesgos laborales, ha elaborado un protocolo que en Galicia tiene especial importancia en la Comisaría de Vigo-Redondela. Lo primero, por su ubicación en las Rías Baixas y la idiosincrasia delincuencial en la zona. También por el volumen de población fija e itinerante, por su puerto, aeropuerto y proximidad con Portugal, que a su vez tiene puertos y aeropuertos con rutas internacionales que atraen a gente de medio mundo.
Las formas de consumo del fentanilo son oculofacial, respiratoria, percutánea, dérmica e ingestión. Partiendo de ese patrón, el protocolo diseñado por la Policía Nacional ordena mantener este tipo de sustancias siempre embolsadas y precintadas, siendo manipuladas únicamente en condiciones de seguridad. También evaluar de forma precisa el riesgo de contacto con estas sustancias, para utilizar en su caso los equipos de protección personal necesarios.
Se pide a los funcionarios igualmente tener en cuenta la limpieza y descontaminación de los equipos de trabajo y de protección que hayan estado expuestos a estas sustancias. Y en caso de producirse el contacto accidental con el fentanilo, tendrán que requerir asistencia sanitaria con carácter urgente. La naloxona es la sustancia que funciona como antídoto. En caso de que intervengan en los operativos perros de detección de drogas, y tras la exposición a estas sustancias, será también necesario proceder a su descontaminación de forma adecuada. Las situaciones más habituales donde los funcionarios policiales pueden entrar en contacto con la sustancia opioide, implicó fijar otras medidas a tener en cuenta para evitar o minimizar al máximo el riesgo que conlleva dicha exposición, distinguiendo en cada una de ellas las intervenciones de bajo o alto riesgo.
Los cacheos o registros corporales de objetos o de vehículos implican una de esas situaciones. De considerarse de bajo riesgo de exposición, los agentes deberán utilizar guantes de nitrilo con un espesor comprendido entre los 1,2 y 1,6 milímetros. Si la actuación se considera de alto riesgo, se deberán utilizar mascarilla de protección contra partículas, al menos FPP2; gafas de protección ocular cerradas y los mismos guantes de nitrilo.
Cadena de custodia
La manipulación de evidencias de una cadena de custodia o laboratorios clandestinos son otras situaciones donde se requiere la prevención de riesgos. Roberto González, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), considera favorable la creación del protocolo para ir formando a los funcionarios para cuando la droga llegue con mayor frecuencia a España y se despache en el mercado negro de la calle.
También la Guardia Civil ha creado un protocolo recientemente, en forma de tríptico, para aconsejar a sus funcionarios sobre cómo actuar en caso de toparse con esta sustancia y evitar intoxicaciones en operaciones para la aprehensión de esta devastadora droga en previsión de que llegue a España. Por ahora, en España se han contabilizado 15 decomisos de esta droga, siempre en cantidades ínfimas, que no generan preocupación, pero sí cautela por la previsión de que haga acto de presencia y gane adeptos a medida que pase más el tiempo.
En Galicia se han dado dos casos. El primero fue en Santiago en el 2023, en una vivienda y su cantidad se elevó a 0,40 miligramos. El segundo decomiso ocurrió este año en Culleredo y la cantidad fue igual de reducida. En el SUP reconocen la necesidad de hacer los deberes para cuando la previsión del problema se convierta en una lacra y los funcionarios puedan realizar su trabajo con toda la seguridad.