Desirée Vila: «Los Juegos fueron uno de los momentos más duros de mi vida»

VIGO

JAVIER TENIENTE

La deportista ya está lista para un 2025 que afronta con cambios y ganas

06 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Desirée Vila Bargiela (Gondomar, 1998) deja atrás un año frenético en el que las cosas no salieron como esperaba en la gran cita del año. Le costó reponerse de la decepción de no cumplir sus expectativas en los Juegos Paralímpicos de París, pero ya está lista para afrontar otro nuevo año ilusionante en su carrera como atleta.

—¿Qué balance hace del 2024?

—Fue una locura, porque siendo año olímpico, siempre es intenso en cuanto a entrenamientos, y también he hecho muchas cosas de eventos, colaboraciones con marcas... Los Juegos fueron uno de los momentos más duros de mi vida, lo pasé muy mal, y estuve bastante tiempo viendo qué cambiar, de qué manera quería enfocar el ciclo de cara a Los Ángeles. También me fui a vivir a Londres, a terminar mi carrera. Ahora me vuelvo a Madrid definitivamente, y con ganas de este 2025.

—Hablaba de los Juegos como uno de sus momentos más duros, entiendo que porque sus expectativas de resultados eran otras.

—Nunca había empezado una competición con un nulo y, menos, con dos. El primer salto fue mala suerte: hice un nulo por un dedo y empezar así me condicionó; en el segundo, la cagué, alargué la zancada y ya fue por bastante. Ahí tenía claro que no me quería ir con tres nulos, pero tenía que arriesgar, porque si no, tampoco pasaba la mejora. Mi entrenador me dijo que no me echara para atrás, pero a mitad de la carrera, me cagué y dejé de correr, me quedé a 20 centímetros de la tabla, insuficiente para pasar a la mejora. Y la mejora no era ni el objetivo, era algo que yo entendía que iba a pasar. Estaba para pelear por el cuarto o el quinto puesto, siendo realista. 

—¿Y cómo vivió lo que sucedió?

—El no haber pasado a la final no sabía cómo gestionarlo, porque es el trabajo de tanto tiempo... Todo el mundo está pendiente de los Juegos. Llegar allí y no poder demostrar lo que sabes que puedes hacer es jodido. Hablando con otros compañeros deportistas, el que más y el que menos ha vivido alguna situación así. Hay dos formas de llevarlo: o te vienes abajo y te lamentas, o dices: «Pues mira, ya está». La suerte es que tengo otros juegos donde sé que puedo llegar bien y ahí me voy a enfocar ahora. Si hubieran sido los últimos para mí, hubiera sido distinto, aún mucho más duro.

—¿Se planteó en un primer momento que sí fueran los últimos por tomar usted la decisión de dejarlo?

—Cuando terminan unos juegos, el año es tan duro a nivel físico y mental, que también llegas un poco agotado, y a mí me vino bien el haberme ido a Londres, porque allí estuve entrenando con un equipo que no era profesional y me sirvió para volver a conectar con hacer deporte porque me gusta. Cuando preparas unos juegos, llega un punto en el que no te gusta ir a entrenar todos los días, tienes que hacerlo, pero hay esa tensión que hace que se lleve mal y que la relación con el deporte sea un poco más tóxica o negativa. Pasados estos meses, me veo con ganas, con motivación de empezar otra vez y plantearme los otros cuatro años. Tengo 26 años y creo que aún puedo dar mucho más, creo que todavía no he llegado a mi tope.

—¿Qué objetivos se marca de cara a este año 2025?

—Tengo el Mundial en octubre y me viene muy bien que sea tan tarde porque, al final, hay gente que se habrá tomado un mes de descanso y ya ha empezado a entrenar hace semanas, pero yo no, porque entre la operación y que he estado fuera, empiezo un poco más tarde. Y siendo en octubre, tenemos tiempo de sobra para ponernos en forma y el objetivo es estar ahí, en el Mundial, y estar entre las cinco mejores. Quiero volver a demostrar dónde están mis marcas, porque esta última temporada, a ese nivel, fue cuando hice mi marca personal, salté más que nunca, pero no en los juegos, que es donde tienes que hacerlo. Hubo ese contraste y el objetivo para la temporada que viene es saltar más que nunca, hacer marca personal y hacerla donde tengo que hacerla, que en este caso, es en el Mundial.

—Hablaba de que pasó por quirófano. ¿A qué se debía?

—Era una molestia con la que llevaba tres años. Pensaba que era el Aquiles, pero hicimos una serie de pruebas y salió que era el delgado plantar, que está al lado y que me estaba rozando con el hueso. Hay gente que lo tiene y otra que no, no es importante, no cambia a nivel funcional. Tomamos la decisión de después de los Juegos, hacer esta pequeña operación, muy sencilla. Fue un poco más complicado para mí por el hecho de que solo tengo una pierna y la primera semana, que no podía apoyar el pie, imagina la logística. Aún no estoy al 100 %, pero no me va a limitar.

-Terminada su carrera, ¿se va a centrar en el deporte o se plantea compaginarlo con el ámbito laboral de alguna forma?

- Terminé mi carrera de turismo, pero yo había empezado también Relaciones Internacionales en Madrid, así que no acabé aún del todo. Y de Turismo, estuve el primer cuatrimestre y ahora tengo que hacer el TFG, así que voy a estar ocupada siempre. Mientras esté activa con el deporte, tener un trabajo de 8 horas lo veo inviable. No sé muy bien qué es lo que voy a hacer en los próximos años, pero siempre estoy viendo cosas por hacer y algo encontraré.

«No sé qué es ser influencer, intento mostrar el deporte adaptado y la parte personal»

Vila se ha convertido en una persona con relevancia a través de las redes sociales, donde comparte aspectos de su día a día y de sus vivencias como persona y deportista con una discapacidad física. Aunque ha sido de manera aislada, también ha tenido alguna mala experiencia en esta faceta.

—Hablaba de los patrocinadores y también es muy activa en redes. ¿Se considera influencer?

—No sé realmente qué es ser influencer. Intento enseñar la parte del deporte adaptado, de la que quizás no se habla tanto, pero que al final es lo mismo: somos deportistas, nos entrenamos todos los días, vamos al fisio, al nutricionista... Y, luego, la parte más personal, que aunque el deporte es mi prioridad, hago muchas otras cosas y lo intento mostrar. Voy por momentos, por ejemplo, después de los Juegos, estaba tan mal que no me apetecía crear contenido. Ahora vuelvo a ser yo y es mi faceta: mostrar el día a día, las dificultades, las barreras y las partes buenas.

—A través de las redes recibe muchísimo cariño, pero también denunció comentarios ofensivos. ¿Cómo vive esa parte tóxica?

—Hasta ese momento, nunca había recibido hate. Mis perfiles son muy neutros, no hablo de política ni me meto en controversias. Es triste, pero tampoco no hay mucho más que hacer contra ello. Se puede denunciar y en mi caso, públicamente, y con ayuda de vosotros, de los medios. Pero es muy difícil controlarlo, porque la gente, desde su casa, puede poner lo que quiera. Es responsabilidad de cada uno, que tenemos un móvil y tenemos la oportunidad de hacer el bien o el mal con él. Sí que me afectó, porque una cosa es recibir uno, dos, tres, pero otra es que un vídeo se viraliza, tiene millones de respuestas y la mayoría son de hombres haciendo ese tipo de comentarios fuera de tono y fuera de lugar sobre la discapacidad y el sexo. Me pareció oportuno denunciarlo públicamente.

«No me veía en la Fundación Celta, pero tiene todo el sentido»

El Celta acaba de renovar su Fundación y Desirée Vila es una de las nuevas patronas. Al principio, no se veía, pero cuando le explicaron por qué habían pensando en ella, todo encajó.

—¿Cómo le proponen formar parte de la Fundación Celta?

—Fue a través del exdirector de Delikia (Gainzarain), que empezó a formar parte del Celta y pensó en mí. Estaban remodelando el patronato y buscaban diferentes perfiles. En mi caso, no sabía muy bien qué pintaba yo ahí, porque casi todos son perfiles de CEOs, de gente de más edad y experiencia a nivel laboral, de toma de decisiones. Pero aparte de ser una imagen conocida por la zona y vinculada al deporte, querían una persona que estuviese metida en la discapacidad, en ayudar a otras personas y, luego, el conocimiento de una deportista en activo que puede comprender las necesidades no solo el deportista profesional que llega a Primera,  sino todos aquellos que se quedan por el camino, cómo educar para gestionar esa frustración, cómo mantener la parte académica por si no llegan... Es la parte en la que tengo algo que decir. Me daba un poco de miedo, porque si me comprometo con algo, quiero hacerlo bien. Cuando me lo explicaron, vi que tenía todo el sentido.

—¿De qué manera va a colaborar en la práctica?

—Aunque estoy fuera, tengo en Galicia a mi familia, por supuesto, y siempre sale algún evento. Aprovechando las veces que me toque venir, siempre hay algo que hacer. Hace poco, estuvieron visitando a niños en el hospital, la recogida de juguetes... Hay un montón de iniciativas y proyectos y siempre va a haber algo en lo que pueda aportar mi historia en cuanto a tomar decisiones o ideas o físicamente, yendo a eventos y haciendo ese tipo de acciones que hace la Fundación.