El bebé, de solo 48 horas de vida, es hijo de un agente del cuartel
08 nov 2019 . Actualizado a las 21:04 h.Un Guardia Civil salvó la vida del bebé de un compañero que se estaba ahogando. La madre entró desesperada en el cuartel de Cangas con el pequeño en brazos y allí se encontró al ángel de la guarda de su pequeño.
Los hechos ocurrieron el miércoles por la tarde. Varios componentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Comandancia de Pontevedra se encontraban circunstancialmente en el cuartel de Cangas realizando unos trámites relacionados con un servicio. De repente escucharon los gritos de una mujer que accedía a las dependencias oficiales con un bebé en los brazos pidiendo auxilio y ayuda para su hijo, que se estaba asfixiando.
Al comprobar lo que estaba sucediendo, uno de los agentes se dirigió a la madre y pudo constar que el bebé, que apenas tenía 48 horas de vida, estaba inconsciente, sin respiración y con un aspecto alarmante.
Sin pérdida de tiempo, el guardia civil se hizo cargo del niño y después de realizarle varias maniobras de reanimación pudo conseguir que el bebé comenzase a respirar nuevamente. La mujer se sintió muy aliviada cuando volvió a escuchar los llantos de su bebé y se produjeron momentos de júbilo.
El guardia civil que había logrado reanimar al recién nacido se enteró de que se trataba del hijo de un compañero que reside en una de las viviendas situadas en los pabellones del cuartel de Cangas.
Portavoces de la Subdelegación del Gobierno señalaron que la serena y decidida actuación del guardia civil que felizmente pudo evitar un fatal desenlace mereció los elogios, no solo de la madre y del padre del pequeño, que en aquellos momentos estaba ausente, sino también de sus propios compañeros y de los servicios sanitarios de emergencia que acudieron al lugar para atender la incidencia.
Ambulancia
Finalmente, la ambulancia trasladó al bebé a un centro médico de Vigo con el auxilio de la misma patrulla de la USECIC, que reforzó la prioridad del desplazamiento.
Afortunadamente, el pequeño evoluciona satisfactoriamente, aunque permanece ingresado en la unidad de cuidados intensivos, donde los médicos siguen constantemente su evolución, con la intención de darlo de alta a lo largo de las próximas horas.