
Alicia's Cake es el postre en honor a la hija de Alazne y Aritz, que tras montar una pastelería en Cangas dieron forma a esta exitosa creación en cristal que surgió más por demanda externa que por iniciativa propia
14 ene 2022 . Actualizado a las 00:44 h.A veces las oportunidades llegan sin buscarlas, pero de nada sirven si no se saben aprovechar. No es el caso de Alazne Aguirre y Aritz Liste, una pareja a la que persiguen las carambolas de la suerte, a la que sí han sabido sacar partido.
Todo empezó desde el momento en que se conocieron, que también fue de chiripa. Buscando pareja, ambos se encontraron en las redes sociales y el match fue certero. Él estaba en Ondárroa y ella en San Sebastián, pero desde entonces comparten proyectos vitales y laborales que eran un desastre antes de conocerse y un éxito caminando juntos.
Aunque sus nombres son muy vascos, sus orígenes son muy gallegos. Aritz lleva 16 años viviendo en O Morrazo, de donde son originarios sus padres, y Alazne, con abuela de Bueu, residió en la provincia de A Coruña durante ocho. Cuando se encontraron y empezaron a salir se fueron a vivir juntos. Pero ya hacían planes para mudarse a Galicia, y seis meses después los hicieron realidad eligiendo Cangas como destino. Ella era peluquera y él, pastelero. Con el cambio de decorado geográfico, Alazne siguió los pasos laborales de Aritz: «Decidimos ser padres y, al quedarme embarazada, mi jefa me comunicó que no me iba a renovar el contrato por este motivo», cuenta, y añade que la cosa aún se puso peor ya que los superiores de su pareja también decidieron prescindir de sus servicios porque el negocio no iba bien. «Y así, de repente, nos encontramos ambos sin trabajo y con un bebé en camino», relata.
Para salir del apuro se aventuraron a pedir un crédito para montar un negocio. «Estábamos entre una pastelería o una peluquería, pero al estar embarazada no iba a poder gestionarla, así que nos decidimos por la profesión de él».
Alazne cuenta que Los Pasteles de Aritz, que así se llama el establecimiento que regentan en la localidad de Cangas do Morrazo (rúa San Xosé, 35), tuvieron su origen en casa. Ya antes de abrirla recuerda que todos sus amigos le pedían que hiciera dulces y le hacían encargos de tartas, cruasanes, madalenas... Luego, los amigos de sus amigos y también familiares. Así, con el boca oreja, inició una cartera de clientes que, sumada a la concesión de crédito, los empujó a emprender el pequeño negocio que también ha crecido gracias a otra casualidad.
«El 1 de junio del 2018 la inauguramos. El 5 de agosto nació nuestra hija, Alicia, y el 18 de agosto, es decir, trece días después de parir, nos casamos», resume. La pastelería arrancó muy bien y quisieron añadir a la venta en el local el reparto de pan y de tartas a otros despachos y a restaurantes.
De nuevo la casualidad les llevó a inventar el Alicia´s Cake, que surgió de un error: «Una empleada que hacía las semifrías en vasitos de plástico se equivocó e hizo trescientas o cuatrocientas. ¡Yo no sabía cómo vender aquella enorme cantidad! Y se me ocurrió despacharlos en packs de oferta, tres por cinco euros», explica. Así fue como empezó a circular el germen de una idea que mejoraron rápidamente, hilándola con un lamento común que detectaban en los hosteleros a los que suministraban su producto. «Se quejaban de que sus trabajadores cortaban las tartas mal y, en vez de sacar doce porciones de una, terminaban dando solo para diez, y que además se les secaban los bordes. Los postres en vaso eliminaban esos problemas pero quisimos mejorar la imagen. Los vasitos de plástico no eran nada estéticos, por eso optamos por los tarros de cristal y un logotipo para logra darle una estética chula», señala. El invento no tenía nombre hasta que un día un cliente les preguntó cómo se llamaba. «Le dimos vueltas hasta bautizarlos como nuestra hija de tres años, porque al igual que este postre en el que pusimos toda nuestra alma, es la mejor versión de nosotros dos en formato pequeño», explica añadiendo que basaron meses haciendo pruebas hasta dar con recetas únicas que se suman a sabores y variedades clásicas (algunas personalizadas como la tarta de la abuela con un toque de avellana y sin vino dulce, apta para niños) para su marca comercial registrada.
Un poco de historia.
Imparables. Tres restaurantes de su zona fueron los primeros en recibir sus Alicia's Cake y, al conocerlos, otros empezaron a pedirlos también. Y Alazne y Aritz, a comprar palés de tarros y vitrinas para que sus clientes los pudieran exhibir. «Nos vimos obligados a crecer con ellos, porque nosotros no nos movimos, todo el mundo nos llamaba», reconoce. Con calma y mucho amor. No tienen conservantes ni aditivos, son naturales, elaborados a mano. Ahora sirven a una quincena de locales, desde Vigo a Ourense pasando por Redondela, A Guarda, Marín, Pontevedra o Ferrol. Y desde su tienda online hacen envíos a toda España por Seur Frío. En proyecto, un tarro de tarta Sacher para su primer Alicia's Cake vegano.