El sacerdote, Severo Lobato, asegura que no tiene idea de por qué alguien ha podido hacer algo así. La Guardia Civil acudió a la rectoral de madrugada, cuando se produjo la rotura de ventanas
29 oct 2022 . Actualizado a las 20:06 h.Noche en vela en la rectoral de Cangas, y no por el temporal sino porque alguien lanzó piedras contra la casa en la que reside el párroco, llegando a romper varias ventanas. El sacerdote, Severo Lobato, ha confirmado los hechos y asegura desconocer cuál puede haber sido el motivo. Ocurrió sobre las tres y media de la mañana en la rectoral, que está ubicada en la calle Fonte do Galo. «Lanzaron unas cuantas piedras contra la pared y las ventanas. Hay pocos daños, pero sí hay algunos cristales rotos», señaló el párroco a La Voz. La Guardia Civil se personó a esa hora en el lugar.
El sacerdote asegura que desconoce cuál ha podido ser el detonante de estos hechos y que ni siquiera sospecha quién puede estar detrás. En cualquier caso, esta no es la primera vez que el párroco de Cangas sufre las consecuencias del malestar de personas que no están de acuerdo con su parecer. En Semana Santa se vivió una particular pasión en el municipio por desencuentros entre las cofradías y con el sacerdote. Tiempo después llegó a ser increpado y criticado a viva voz en la calle por algún vecino.
La penúltima polémica se refiere a las supuestas manifestaciones que el párroco habría hecho en la celebración de la misa del Carmen. Sus críticos le atribuyen la frase: «Si un marinero no se salva en un naufragio es por no tener fe».
«Jamás dije ni habría dicho esas palabras ni nada así. Sería imposible además, porque ni las pienso ni las creo y me parece gravísimo que alguien haya puesto esas palabras en mi boca, porque el que lo haya hecho se ha saltado todas las barreras de la decencia», manifestó a La Voz, Severo Lobato.
El párroco de Cangas indica que «es imposible por el respeto que toda mi vida le he tenido a la familia marinera y todas las semanas en la parroquia se pide por los feligreses de Cangas que hayan fallecido en la mar». «Esas palabras que han puesto en mi boca no son ciertas ni admisibles. Es algo muy grave», insiste el sacerdote.
Al párroco le sorprende también que si realmente él hubiera dicho algo con lo que alguien no estuviera de acuerdo en la misa del Carmen, no lo hubiera dicho entonces y le parece malintencionado sacar este «bulo malintencionado», tres meses después. En todo caso, añade, «espero que nada tenga que ver las pedradas con ese bulo porque sería algo muy triste».