Mondariz alberga el mayor fuste de Galicia, seguido de A Coruña y un bronce con empate técnico entre A Pobra y Zas
24 abr 2019 . Actualizado a las 10:25 h.Desde que Castelao publicó en 1965 su facsímil de As cruces de pedra na Galiza, el afán de historiadores y expertos por estudiar y catalogar unos elementos tan característicos de la identidad gallega no ha tenido fin. Pero hay un peculiar dato que ha escapado a la lupa. O a la cinta métrica. ¿Cuáles son los cruceiros más altos de Galicia? La respuesta comienza en el cementerio municipal de Mondariz, donde se halla el oro, seguido de la herculina colegiata de A Coruña, para un tercer puesto reñido entre el de Santa María A Antiga, en A Pobra; y el de Romelle, en la parroquia de Loroño, en Zas.
Las cuatro cruces han sido medidas empleando un sistema de precisión láser que detalla las dimensiones de los tres elementos principales: el varal -la media va de 2 a 3 metros-, el capitel y la cruz que lo corona. La del camposanto de Mondariz, atribuida al cantero Ignacio Cerviño, ya fue objeto de una ponencia en el quinto Congreso Galego de Cruceiros, celebrado en 2013. Cuenta con 8,48 metros (5.6, 1.2, 1.6).
El de A Coruña, con 8,01 metros (5.42, 1.14, 1.45), ostenta la plata. Este ejemplar, que algunos autores encuadran en el siglo XV, se localiza ante la colegiata de Santa María do Campo y en la obra Os cruceiros, de Laredo Verdejo, ya se alude a que debió tratarse de un trabajo especial por su «perfecta talla e habilidade do canteiro».
El empate por el tercer puesto lo marcan los 6,22 metros de A Pobra (5.15, 0.35, 0.72), que destaca por su planta octogonal y su localización ante el templo, y los del de Romelle (4.75, 0.70, 0.77), cercano al pazo de este lugar de Zas y que el anterior autor encuadra en el barroco, aproximadamente del siglo XVIII.
Posibles razones
«A altura debe estar en relación co prezo, pois canto máis alto sexa este de maior tamaño e calidade tivo que ser a pedra empregada para logralo varal», explicó Estanislao Fernández de la Cigoña Núñez, experto de la Asociación Galega de Cruceiros, Cruces de Pedra e Petos de Ánima, con una treintena de publicaciones en la materia.
Además, Fernández destacó que altura no tiene nada que ver con la calidad del cruceiro.