Diez en toda la liga, una en O Porriño

M. V. F. VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

XOAN CARLOS GIL

La preparadora física Ana Alonso forma parte de la decena de mujeres que figuran en los cuerpos técnicos de División de Honor femenina, un 15 % del total

22 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo un 15 % de los integrantes de los cuerpos técnicos de los equipos de División de Honor femenina de balonmano son mujeres, según revelaba hace unos días la web especializada Deporte100x100. Y una de ellas es la preparadora física del Porriño, Ana Alonso (Vigo, 1995), que además es jugadora del equipo B de la entidad (tras haber pasado por el de élite) y entrenadora de la base. Pese a formar parte de una minoría, su percepción es que avanzan en la buena dirección.

La explicación a que sean tan pocas mujeres la tiene clara: «Al final, en el campo deportivo estos roles vienen asociados tradicionalmente a la figura masculina y es algo que aún sigue presente», analiza. Pero a la vez destaca que el Teucro masculino tiene este año por primera vez una entrenadora, del mismo modo que hay dos en División de Honor femenina y también un par de presidentas. «Seguimos luchando y cada vez somos más», celebra.

Destaca que hay iniciativas por parte de la Federación para que crezca el número de mujeres en cuerpos técnicos. «Es una labor de intentar que haya una igualdad y tengamos las mismas posibilidades de luchar por lo que nos gusta», desgrana. En su caso, llegó al puesto de una manera completamente natural. «Yo había coincidido en las selecciones gallegas como jugadora tanto con Abel Estévez, actual presidente y antes entrenador, como con Isma Martínez», que entonces era preparador físico y ahora ejerce de técnico.

En ese momento, en diciembre de hace cuatro años, Isma recibió una oferta para hacerse cargo del Novás masculino y ella acababa de terminar sus estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en Madrid. «Volvía a Galicia y recibí la llamada de Abel para proponérmelo. No tenía experiencia y confiaron en mí recién salida de la carrera. Estoy muy agradecida», señala.

Alonso, formada en el Carballal, ha practicado balonmano desde los seis años con la excepción de una temporada en que cursó estudios en Estados Unidos. Por eso al mismo tiempo que se incorporaba como preparadora física lo hacía también como jugadora y entrenadora. «Las temporadas anteriores combinaba División de Honor y Plata, pero ahora, por la edad y al tener más responsabilidades, solo juego en Plata», explica.

Admite que no es sencillo sacar tiempo para todo porque a las «cuatro, cinco o seis horas de pabellón» diarias se suma mucho trabajo que no se ve. «Antes de eso, tienes que trabajar mucho en casa, pero cuando es algo que te gusta, se lleva mejor», comenta. De hecho, hace unos años hubiera elegido la faceta de jugadora, pero conforme pasa el tiempo disfruta más de las otras. «Lo que más me gusta es la preparación física, y también soy readaptadora de lesiones. La base es más agradecida porque no está supeditada a resultados», comenta.

En su caso se da la atípica situación de que al entrenar con el primer equipo y ser preparadora física también de la base, todo está interrelacionado. «Es una situación peculiar, porque desempeño varios roles a la vez y a veces es difícil de gestionar», plantea. «No sueles tener la misma confianza con una compañera que con la preparadora física del equipo. Tiene ventajas e inconvenientes», analiza. Entre los pros, que hace su propio trabajo, percibe la fatiga en su cuerpo y así sabe a través de su experiencia «qué necesitan en cada momento».

Su trabajo con el primer equipo del Porriño lo realiza en coordinación con el entrenador, Isma Martínez. «Ponemos todo en común y lo tenemos muy pautado, con unas rutinas que vamos modificando según la semana en función de si hay competición, descanso...», profundiza. El confinamiento fue un reto duro que el equipo pasó con nota y ahora están a pleno rendimiento. Este fin de semana visitan al imbatido Rocasa.