La empresa InSense instalará el techo de un centro comercial en Bakú
21 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Las casualidades existen. La empresa InSense, con su taller afincado en Tomiño, está viviendo una. Tras trabajar durante un año con una empresa barcelonesa en temas de iluminación de espacios, recibieron a través de sus comerciales una propuesta relacionada con un centro comercial en Bakú, Azerbaiyán. Una empresa de Helsinki no logró llevarse el proyecto y la firma tomiñesa se ofreció como posible diseñadora de los cuatro espacios lumínicos con que contará el complejo. Conocían sus propuestas y a los responsables de la construcción les «gustó mucho» el concepto que les presentaron, explica Víctor Valcárcel, socio de la compañía.
Esta semana, las piezas de la imagen partieron para la capital de Cataluña. Allí se realizará un premontaje «para comprobar que está todo en orden», explica Valcárcel. El objetivo es que todo el material llegue a Bakú antes de noviembre y el montaje pueda finalizarse antes de las Navidades. La fabricación de las piezas se ha realizado por completo en la nave de Tomiño.
El logro es enorme para InSense. Con tres años de experiencia en el mercado, son una de las pocas empresas españolas que se dedican a la iluminación led controlada por ordenador. Su competencia, aseguran, proviene de México. Hasta la fecha, habían trabajado en proyectos pequeños en Galicia, como bares de copas. También en Barcelona, donde ahora, además, negocian con una cadena hotelera incorporar sus diseños modernos.
El sistema que emplean les permite controlar las bombillas de tipo led por píxeles de aproximadamente 5 milímetros. «Las pantallas que emiten la luz son de baja resolución, lo que genera una radiación indirecta», indica Víctor. Él mismo explica este proceso de una forma más poética: «La lámpara no es el objeto que ilumina, si no el iluminado».
Todas las bombillas led se controlan con un programa informática. Un algoritmo precisa como deben modificarse las luces. Desde el mismo ordenador, se puede controlar indirectamente el sistema. Como novedad, también quiere que sea interactivo. Instalarán en los espacios una serie de cámaras de infrarrojos. «Las luces reaccionarán a la presencia de personas», cuenta. El programa informático detectará su presencia y «proyectará un círculo de luz sobre el suelo».
Esperan que este salto al extranjero les dé mayor credibilidad cuando presenten su currículo a nuevas empresas. Es el primer gran proyecto que llevan a cabo y quieren continuar internacionalizándose: «En España es difícil». Aquí montaron proyectos pequeños que no tienen comparación con el que instalarán en Bakú. Les gustaría llegar a los Emiratos Árabes Unidos, Dubái o Abu Dabi. Allí, los jeques árabes buscan diferenciar sus edificios con productos «a medida y espectaculares».