
Dos expertos en gestión cultural crean un local que aúna almuerzos, brunch y diseño «porque no había»
31 may 2017 . Actualizado a las 12:53 h.El desayuno de los campeones no es el Cola-Cao. En tiempos puede que lo fuera o nos creyéramos que podía serlo. Pero hace mucho que en cuestión de almuerzos, los tiros van por caminos muy diferentes. Encontrar locales donde sirvan buenos desayunos en Vigo ya no es tan difícil, pero cuando Matina abrió sus puertas en la parte alta del Casco Vello, la que linda con el Concello, los megadesayunos eran solo una tendencia que se veía en las revistas de moda y se practicaba en las megalópolis.
En el 2013, Alicia Carrera y Manuel Estévez decidieron «inventar» lo que no había por puro egoísmo. «Creamos Matina porque nos gusta mucho desayunar y no encontrábamos la oferta que esperábamos en cafeterías convencionales», reconocen.
Ambos son socios en la empresa de gestión cultural Van Divulgación y no tenían experiencia en hostelería, pero sí en gastronomía bio como responsables de la creación del certamen de productos ecológicos Feira, que auspició el Ayuntamiento vinculado al CAT, hasta que decidió eliminarla. Entonces empezaron a pensar en la posibilidad de colaborar en la puesta en marcha de un espacio distinto que les hiciese sentirse como en su propia casa, un local con encanto que además ofreciese al público la posibilidad de llevarse a casa productos que en ese momento eran difíciles de encontrar, como bebidas vegetales, panes artesanos con trigo sarraceno y otras harinas especiales. «Con Feira empezó la relación con los proveedores y la idea de aunar artesanía con una tienda ecológica, pero no tenía sentido porque ya había dos, por eso nos decantamos por un establecimiento donde poder empezar la jornada o hacer un paréntesis vespertino», razona. Lo hallaron en Abeleira Menéndez, 26. «Pero lo de merendar no funciona tan bien por razones meteorológicas, sobre todo en verano», añade Manuel.
Alicia recuerda que el desayuno es la comida más importante del día, la que determina la energía con la que vamos a contar, la que puede determinar el ánimo y la concentración. «Así que, ¿por qué no ofrecer la posibilidad de desayunos completos compuestos de zumos recién hechos de frutas y hortalizas, tostas de jamón ibérico, salmón con queso o tomate con aceite y yogur con cereales?», dice, recitando parte de la carta.
A ello se añade el brunch que ofertan los fines de semana, algo que también escasea en la hostelería local y que en Matina bordan. «Es tan completo que no necesitas comer e incluye zumos, yogur con frutos secos, fruta variada, tostadas de panes ecológicos diferentes, sandwiches, quiches, huevos...», enumera.
También cuentan con una repostería saludable formada por tartas y bizcochos veganos, sin gluten, con harinas y azúcares ecológicos, pero a la hora de decantarse por la esencia de su singularidad se decanta por la calidad extra y el cuidado en los detalles, por ejemplo, en la decoración y el diseño del local, del que se ocuparon el artista gráfico Iván R. y el diseñador Ramón Avendaño, que también trabaja en Matina y además se encarga de restaurar las piezas (muebles, cerámica, vajillas y objetos de decoración) que tienen a la venta como bazar que también es. Incluso las sillas donde se sientan los clientes o las mesas donde toman su consumición, de las que hacen réplicas por encargo «Las piezas las buscamos los fines de semana en anticuarios», explica Ramón.
«Nos diferencia el producto, como los panes que nos sirve la panadería Divina de Compostela, chocolates, cafés ecológicos, holotisanas e infusiones como las de Josenea, nuestro proveedor», destaca. Carrera reconoce que cuando buscaron dónde ubicarse, se quedaron maravillados con la zona: «La arquitectura tan cuidada, rincones con encanto que la gente desconoce, nos parecía un lugar idóneo para iniciar la aventura. La visión optimista de los nuevos moradores, gente joven que enseguida se unió para crear actividades culturales conjuntas también nos animó, a pesar de estar lejos de los circuitos hosteleros consolidados», argumenta. Y apunta que el futuro del barrio pasa porque se convierta en lugar de tránsito fluido, «porque se facilite la circulación de público y haya comercio y hostelería singular. Para ello es fundamental la implicación de las administraciones que iniciaron el proyecto», zanja.