![](https://img.lavdg.com/sc/enTJM4VlvirCqgmfxEYYKjNc0q0=/480x/2017/06/20/00121497990062780735202/Foto/V20J7029.jpg)
El vídeo y las nuevas tecnologías hacen posible que el vigués José Manuel Hermida dirija a la tinerfeña Marta Roa pese a estar separadas por 1.676 km
21 jun 2017 . Actualizado a las 15:33 h.La sabiduría de José Manuel Hermida, el gurú vigués del lanzamiento de martillo, traspasa fronteras. Además de su grupo habitual de lanzadores en Balaídos, el entrenador también fabrica un proyecto de campeonato a 1.676,27 kilómetros distancia (en línea recta). Aprovechando las nuevas tecnologías en un año ha conseguido que Marta Roa González, residente en Tenerife, mejorara ocho metros su mejor marca, pasando de 40,38 a 48,87. El domingo, en el nacional cadete escolar fue bronce en un podio que encabezó la viguesa Irene Gómez, otro de los diamantes de la factoría Hermida. «Mi compañera de entrenamiento a distancia», dice la tinerfeña.
Todo comenzó por medio de un tío de Marta Roa, que en el 2003 entró en contacto con el entrenador vigués por medio de Nacho Fernández, otro vigués con dotes para el martillo. Se conocieron en Badajoz, coincidieron en un clinic en Fuerteventura y Damián González, comenzó a entrenar a sus órdenes e incluso viajó a Galicia para trabajar con Hermida.
Durante esta travesía, apareció la figura de Marta Roa de un modo casi anecdótico. «Su padre, mi cuñado, se reía de mí, que estaba loco tirando el martillo todo el día -comenta Damián- y al final su hija, a través de un campus de verano, dio con un monitor que lanzó martillo en su época y como que medio se entusiasmó y ahí comenzó. Yo hablé con Hermida, le dije que tenía una sobrina de 12 años que quería empezar y él me fue marcando las pautas hasta que hace un año comenzó a pasarme los entrenos por correo electrónico».
José Manuel Hermida, que rubrica punto por punto la gestación de los hechos, ya deja ver su mano en Marta. «Mejoramos su marca en más de ocho centímetros», comenta antes de hablar del modo de trabajo que han implantado. «Ellos me mandan los vídeos y yo le hago las correcciones y el plan de entrenamiento. No es lo mismo, pero se puede trabajar y tener controlada su evolución». El correo, y encargado de activar el WhatsApp casi todos los días, es el tío Damián. «Lo que hacemos que mandarle mucho vídeo por WhatsApp y luego yo le llamo al día siguiente y le pregunto: ‘¿Qué viste?’, y él me dice lo que le tengo que corregir a la chica». El padre de Marta también ejerce de camarógrafo para tener siempre imágenes actualizadas.
La lanzadora, de 15 años y estudiante de tercero de la ESO, reconoce que «se hace un poco difícil porque entreno casi todos los días sola. Menos mal que están mi padre y mi tío, que me traduce los correos, porque a veces no entiendo lo que me quiere transmitir Hermida, pero gracias a los vídeos nos vamos apañando». Marta Roa entrena en un descampado en el Puerto de la Cruz.
Pero es esfuerzo merece la pena, ya que en un ano de trabajo serio con el entrenador vigués los resultados corroboran que la conexión funciona. «Entrenando está por encima de los 48,87 pero tiene el problema de que aquí no tenemos torneos oficiales y le falta ritmo de competición». Solo ha lanzado cinco veces esta temporada. Un hándicap, que como la distancia, se puede subsanar con ganas y tecnología.
Sus padres le regalaron por Reyes una semana en Galicia para entrenar
«Ella está muy contenta y muy enganchada», comenta el tío Damián sobre el idilio de Marta con el lanzamiento de martillo. El ejemplo más claro, el agasajo de sus padres: «En Reyes le regalaron una semana en Galicia que no la hemos podido cumplir porque se nos ha echado el tiempo encima, no hemos coincidido porque quiere que vaya yo también, que también lanzo martillo». Además, el precio de los billetes de avión está por las nubes. La lanzadora promete que el próximo verano podrá hacer realidad el regalo.
No sería la primera vez que la medalla de bronce en el cadete escolar viajase a Vigo para entrenar al lado de Hermida. Estuvo el año pasado por estas épocas aprovechando al máximo el tiempo. «Estuvo aquí con su tío», comenta Hermida. «Estuvimos hablando de entrenar con él y fue este año cuando comenzamos fuerte», precisa Marta.