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Una plaga de ratas lleva a vecinos en el Casco Vello vigués a abandonar sus pisos

pablo barciela VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Cedida

Residentes en la parte alta del barrio histórico tienen problemas para descansar: «Tuve insomnio, ansiedad, pérdida de pelo y otras cosas»

12 ago 2024 . Actualizado a las 14:08 h.

Los vecinos del Casco Vello Alto de Vigo atraviesan una experiencia desagradable. Una plaga de ratas ha tomado el barrio. Los avistamientos son constantes, tanto en la calle como en las casas, y la preocupación crece. Se ha convertido en algo habitual ver a los animales en los balcones o en las ventanas de los pisos. Las principales zonas afectadas son las colindantes a Porta do Sol, concretamente la rúa Cruz Verde, Abeleira Menéndez y la Segunda República.

La situación lleva así bastante tiempo. Ana Loureiro, una vecina de Cruz Verde, comenta que desde hace diez días se van encontrando excrementos de los animales en los balcones. Otros residentes vivieron unos primeros indicios de la aparición de los roedores a principios de este año, concretamente en enero. Ya en aquel momento empezaron a aparecer marcas de mordiscos en las hojas de las plantas de un segundo piso. En un principio achacaron el suceso a las gaviotas, por la altura respecto al suelo. Sin embargo, incluso antes de eso ya había algunos vecinos lidiando con problemas por las ratas. Los casos más antiguos de la plaga se remontan a hace casi un año.

Aunque en algunos de los edificios la presencia de ratas ha remitido notablemente, en otros sigue todavía muy presente. Los vecinos piden que se le dé solución a una situación que se lleva soportando durante demasiado tiempo. «En el Ayuntamiento nos dijeron que le trasladáramos la queja a Sanidad», explica Ana.

El secretario de la asociación de vecinos del Casco Vello, Fiz Axeitos, asegura que se trata de «unha situación constante no centro da cidade y que leva repetíndose moito tempo». Personal del Concello ha colocado algunos cebos para controlar la población de ratas, aunque todavía no han dado con una solución definitiva para acabar con el problema.

«Las ratas son muy grandes. Yo, que soy de campo, nunca había visto unas así», apunta Ana. El pánico se extiende por el vecindario, donde no saben cómo actuar. Las trampas parecen mitigar un poco la situación, pero no logran que desaparezca por completo el problema.

Principalmente, los roedores se mueven por la noche. Una de las mayores molestias para los residentes es que los animales les impiden descansar. S.R., otro vecino de la zona, comenta: «Estuve sin dormir más de dos horas seguidas varios meses. Lo pasé bastante mal porque las oía en mi techo». Al igual que otros vecinos, llegó a plantearse abandonar su piso por culpa de los animales. El mayor temor era que rompieran el falso techo y entraran en la habitación. La situación lo llevó al límite: «Tuve insomnio, ansiedad, pérdida de pelo y otras cosas asociadas a eso. Me despertaba oyéndolas varias veces cada noche». Al final, en su caso no fue necesario marcharse de la zona, ya que en su edificio la situación parece estar ya controlada. En cambio, otros no han tenido tanta suerte. Han habido otros casos de vecinos menos afortunados, que sí se han visto obligados a abandonar su vivienda por los fuertes ruidos nocturnos.

La hipótesis de algunos afectados es que los animales provienen de una casa tapiada en la calle Segunda República. El inmueble está en muy mal estado, lleno de escombros, y no está desratizado, por lo que serviría como zona de cría ideal para los animales. También apuntan a que los eventos masivos que hay constantemente por la zona y la comida tirada por los suelos son factores que contribuyen a que las ratas se acomoden en esta parte del centro de Vigo.