CADA MES, UN COLOR Antes no querían ver los brackets ni en pintura, pero ahora los niños están deseando lucirlos. ¿El secreto? Que se llevan de colores y los cambian a su antojo
13 jun 2015 . Actualizado a las 06:00 h.Los brackets de colores se han convertido en un auténtico furor. Que se lo digan a la abuela de Shaila, una de las niñas que podéis ver en la foto que ilustra este reportaje. Intentó retrasar su cita con la ortodoncista, pero resultó imposible. ?¡Quiero ponérmelos ya!?, le espetó. Dicho y hecho. De eso hace dos meses, y ya los ha tenido rosas y azules. Son cuatro las compañeras que los llevan en su clase y todas, al igual que ella, cambian las gomas una vez al mes. Esa es la frecuencia con la que acuden a su revisión, una cita que pasó de ser un engorro a convertirse en una fiesta.
Si crees que siempre escogen los colores sin ningún otro sentido que el estético, estás equivocado. Porque una de estas pequeñas, Lucía, los ha llevado hasta del Dépor, tiñendo toda su dentadura de azul y blanco. Ahora ha decidido que prefiere dar la campanada por las noches. Bajo la luz del día sus brackets parecen metálicos, pero no os dejéis engañar. Lo último de lo último es que brillen en la oscuridad, donde se vuelven fosforitos como por arte de magia.
¿AZUL OSCURO O CLARITO?
En realidad, lo único que se cambian son las gomas. El hierro de los brackets sigue siendo plateado, pero ese toque de color de los elásticos es capaz de minimizar las molestias propias del aparato. Tampoco creamos que la decisión mensual se basa simplemente en qué color elegir, porque el simple hecho de decidir si las gomas serán azul oscuras o azul claritas, puede desencadenar una auténtica guerra civil en casa. Casi la misma que se disputa entre los hermanos cuando uno ha tenido el privilegio de ponérselos y el otro no.
Una visionaria estadounidense llamada Lisa Salzer reaccionó rápido ante el fenómeno y le dio una nueva vuelta de tuerca llevándose los brackets a las manos. A esta diseñadora de joyas no se le ocurrió otra cosa que unir las gomas de todos los colores disponibles ?que no son pocos?, con los hierros y todo, para darles forma de pulsera.
El éxito de sus accesorios, como no podía ser de otra manera, fue arrollador entre el público infantil, y se espera que no tarden demasiado en cruzar el charco para invadirnos sustituyendo a las gomitas entrelazadas. Esas que a todos nos pusieron alguna vez en la muñeca, y que tantas horas mantuvieron entretenidos a los niños durante el año pasado. Eso sí, lo de los brackets supone lavarse muy bien los dientes. Y eso les gusta tan poco a los que los llevan puestos como a los que no. Pero ese ya es otro tema, ¿verdad?
No es que no se vean:Es que algunos de los brackets que llevan estas niñas ?Candela, Elena, Shaila y Lucía? parecen metálicos bajo la luz del día, pero brillan en la oscuridad. Hace poco, una de ellas los llevaba en azul y blanco para animar al Dépor.
De los dientes al joyero: El último grito en la moda de los brackets es llevárselos a las manos. Literalmente, con los hierros y todo. La visionaria que ya arrasa con estas pulseras en Estados Unidos es la diseñadora de joyas Lisa Salzer, de la factoría Lulu Frost. Ha llegado el relevo de las que se hacían con gomas.