
El culpable de que Christian entrase en el mundo de Warhammer fue El señor de los anillos y una colaboración con la marca de miniaturas y Salvat, que hicieron que este joven de Portonovo acabase comprando todos los fascículos. Warhammer se trata de un juego de mesa de estrategia por turnos, que pueden ir de una especie de pequeñas escaramuzas que duran media hora hasta grandes guerras que se alargan hasta las cinco. La barrera de entrada a Warhammer puede ser un poco más abrupta, ya que requiere un conocimiento previo a la hora de prepararse para la batalla, aunque existen paquetes de iniciación, y Christian cuenta que hay personas que ni siquiera juegan, sino que compran las figuras por puro coleccionismo: «Flames of War es un juego de la Segunda Guerra Mundial, y hay gente que se compra los panzers alemanes para ponerlos en casa y no saben ni que pueden jugar con ellos». Christian advierte que es un hobby bastante caro, aunque depende también de cada juego, y de las miniaturas que se empleen para hacer una partida. Nos habla también de Infinity, un juego de estética manga que tiene su nacimiento en Cangas, y que es su colección favorita.
Suelen organizarse torneos y demás actividades para relacionarse entre los aficionados al juego, enfrentándose al tópico de «friki antisocial», que Christian afirma que afortunadamente se trata de clichés que están desapareciendo. «Mi perfil no era el de un friki al uso. Yo tenía unas malas compañías y malos hábitos, y cuando decidí cambiar de vida me aficioné a los juegos de tablero», confiesa. Además, las figuras tienen la posibilidad de pintarse y Christian aprovecha su faceta de pintor profesional y colorea miniaturas por encargo para sacarse un dinerillo extra. No sabe con seguridad la cifra a la hora de valorar su colección, porque la va variando constantemente: «Cuando me aburro de algún juego o de algún set, lo cambio o lo vendo para cogerme otro», afirma.
Considera además que es una buena época para los fans, ya que se pensaba que los videojuegos acabarían con este tipo de actividades, pero su fama y aceptación no para de crecer.
