Cómo saber si tu relación está rota

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Las señales de alarma. Cada relación es un mundo, pero hay algunos indicios que te pueden ayudar a saber si se trata de una crisis puntual o definitiva. Eso sí, ten en cuenta que tu decisión es personal y que, independientemente de lo que elijas, siempre estará bien tomada. Te desvelamos algunos aspectos que no deberías pasar por alto

13 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si esta idea te está rondando en la cabeza, ¡alarma roja! El hecho de que te estés planteando que tu relación no tiene futuro ya es un signo evidente de que las cosas no van bien o, al menos, como tú esperabas. Pero lo que quizás no esté tan claro es si este bache es definitivo y puedes quitarte de encima esa losa en la que se está convirtiendo tu pareja, o si se trata tan solo de un mal momento del que puedes salir triunfante. Para ayudarte a reconocer la gravedad de esta crisis deberás hacerte varias preguntas y responder con total honestidad. Para ello, te van a ayudar tres reconocidas sexólogas que desvelan cuáles son las claves para identificar una crisis de pareja.

Para Raquel Braña, la primera pregunta que debes realizarte es si tu pareja te da paz y tranquilidad, en lugar de altibajos emocionales. También deberás tener en cuenta si en tu relación hay más momentos buenos que malos. «Lo que me encuentro dentro de las relaciones de dependencia o tóxicas es que hay cuatro momentos buenos que se exageran muchísimo y luego el resto de los días son malos y es horrible», explica.

Otra incógnita que deberás responder es si aceptas a tu pareja tal y como es: «Si quieres que cambie es que ya no te gusta esa persona, ya no la aceptas tal y como es. Con aceptación me refiero a si una persona es muy obsesiva del trabajo, su pareja lo aceptará, pero también el que es obsesivo deberá aceptar que la otra persona necesita tiempo de calidad para estar juntos».

Otra de las preguntas clave, ¿hay comunicación? «Es muy importante que sea clara, transparente, empática y asertiva. Sin gritos ni faltas de respeto, porque entonces sí hay un problema dentro de la relación. Y también hay que llegar a puntos intermedios, en el sentido de que si te molesta una cosa, pues se expresa y se trata de llegar a un punto de acuerdo, no se mete debajo de la alfombra», aclara Braña.

Precisamente, la psicóloga clínica y sexóloga, Cristina Souto, también le dedica especial importancia a los problemas de comunicación: «La base de la relación es la confianza. El 90 % de los problemas de pareja es la falta de comunicación. Debes plantearte si quieres a esa persona o no y por qué estás con esa persona. Las relaciones sexuales no son la causa, sino un síntoma. Es decir, si no resultan satisfactorias, ¿qué ocurre ahí?, ¿Qué está pasando? Puede ser un síntoma de que hay problemas».

¿Puedes contarle cualquier cosa sin miedo a su reacción? Es otra de las incógnitas que deberás responder, según Raquel Braña: «Me encuentro mucho en consulta que igual cualquier tontería como que me voy a tomar un café ya es motivo de discusión y es una tontería». Y, ¿quién tira del carro de la relación?, ¿sois los dos o solo es una de las partes, en este caso, tú? «Tiene que ver con la empatía y consciencia. Si ves a tu pareja desbordada, lo lógico es que si eres un mínimo empático, hagas cosas en casa, con los niños... Porque va a llegar un punto que reviente y la relación se rompa. Y es uno de los puntos más claros de ruptura que veo en consulta», aclara. Algo con lo que está de acuerdo Cristina Souto, que considera que es muy común entre las mujeres: «Has cedido durante años y de repente despiertas tu carácter. Es decir, te das cuenta de que te has anulado, que quieres cambiar. Llega un momento en que al final brota tu carácter, tu forma de ser. Y, a veces, es difícil que la persona que ha cambiado pueda reconducir otra vez la relación».

EL AMOR NO LO PUEDE TODO

Y, por último, ¿sientes que ya no hay nada más que hacer? «El amor no lo puede todo. Es un falso mito que nos han hecho creer. Y esto está relacionado con la primera pregunta, la pareja debe proporcionarte paz, tranquilidad, no malestar, incertidumbre, ni malos momentos», concluye Braña.

Por su parte, Aránzazu García considera que «no hay ningún criterio que determine qué pareja está rota y cuál no». Aclara que aun cuando la relación se acaba, «sigue habiendo vínculo, no está del todo rota». «Por eso, romper duele y hay muchas cosas que se echan de menos». De ahí, que «la elección que tome cada individuo estará bien tomada», tanto si sigue como si no. Pero hay una cuestión que considera vital para saber la viabilidad que puede tener una pareja: la coherencia. «Necesitamos llevar una vida coherente con lo que somos. Imagínate que soy una persona pacífica, no puedo llevar una relación que no sea pacífica porque continuamente me está haciendo ser algo que no soy. Me daña, no estoy cómoda. O que soy una persona ambiciosa, pero mi pareja no lo es y continuamente está tirando de mí para que no vaya más allá. O me distancio de esa persona o me traiciono a mí misma. Es imposible ser feliz, si vivo una vida que no es coherente con lo que siento a nivel profundo. Y esto implica también la vida de pareja», aclara.

García también insiste en el hecho de que para construir los cimientos de una relación duradera se necesita tener proyectos juntos: «Puede ser una familia, pero también una casa, llevar un tipo de vida, por ejemplo, católica y cristiana, como activista en una oenegé o en una asociación medioambiental...». Porque cuando existen este tipo de proyectos «los dos sienten esa afinidad y los dos tienen interés en vivir de esa manera y se involucran y comparten esos proyectos, que es lo que hace que una pareja sea feliz a lo largo del tiempo». Pero cuando esto no sucede, «los intereses de los dos miembros de la pareja son muy diferentes» y aunque esto no es un obstáculo insalvable, «está claro que a la larga se van distanciando». «No es que sea un criterio para saber que la pareja ha roto, pero sí facilita que en algún momento sientan que esa unión que sentían al principio, probablemente ya no la sientan», señala.

En lo que sí se mantiene inflexible Aránzazu para romper una relación es el momento en el que aparece la violencia en la pareja, del tipo que sea: «Si es una relación deconstructiva o si hay violencia, agresividad, faltas de respeto y se hacen daño mutuamente. Cuando hay una relación así se debe romper, pero a menudo hay personas que no lo hacen porque la relación está muy atada por lazos de control del uno al otro, de expectativas y de dependencia».