Jorge Vázquez, diseñador de moda: «No quiero que conozcan Betanzos solo por la tortilla»

YES

MARCOS MÍGUEZ

«Soy una persona religiosa y este año participo activamente en la Semana Santa de mi pueblo», explica el experto en moda, que le ha dado su toque personal como presidente de la cofradía

07 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Semana Santa de Betanzos tiene este año la visión de Jorge Vázquez. El diseñador es desde hace un año el presidente de la cofradía del municipio que engloba todas las procesiones que se han ido viendo durante estos días de pasión. Un compromiso que el brigantino aceptó de manos de don Santiago, párroco de la localidad, para hacer de esta celebración de interés turístico de Galicia en un reclamo para todo el país.

—¿Cómo surgió esa presidencia de la Cofradía de la Semana Santa de Betanzos?

— Yo siempre he colaborado con la Semana Santa de Betanzos, con donativos, pero nunca lo había hecho activamente. Sin embargo, este año me llamó el párroco y me dijo que si me apetecía comprometerme con ellos.

—¿Es un compromiso de futuro?

— En principio yo creo que sí. No hay ningún concello a la redonda con una Semana Santa tan fuerte. Está la de Viveiro, la de Ferrol y poco más. Betanzos tiene muchas opciones, pero ahora hay que mentalizar, convencer a la gente, quiero que la gente se lo tome como algo turístico, algo social, algo bueno para el pueblo. No quiero que solo conozcan a mi pueblo por la tortilla de patata.

—¿Qué toque de Jorge Vázquez hemos visto en las procesiones?

—Los mantos se han restaurado todos para recuperar todo el brillo, se han plateado las coronas, los ciriales. Empezamos a trabajar en Navidad sin parar. He querido dar mi visión a nivel estético, quise cambiar los trajes de todas las personas que acompañan y llevan los pasos. La decoración floral se ha hecho con diferentes floristerías de Betanzos, aunque mucha gente las ha donado y han tenido la deferencia de preguntarme qué es lo que mejor quedaría.

—¿Te sorprende que la iglesia de Betanzos haya mostrado esta confianza en una persona homosexual?

—Yo creo que la iglesia se tiene que abrir más a la sociedad y a los nuevos tiempos, si no, cada vez hay menos culto. Si limitamos y limitamos, la iglesia se irá cerrado. Por desgracia, hay cada vez menos sacerdotes, hay menos gente que va a confirmarse, a hacer la comunión, hay niños que ya no se bautizan. Tendríamos que abrir más la mente.

—¿Eres una persona creyente?

— Sí, soy una persona religiosa, yo creo. Y al final todo el mundo cree, y todo el mundo reza. Cuando las personas tienen un problema, rezan. Y si rezas, ¿por qué luego no vas a la iglesia? Además, la gente, por desgracia, va a Cáritas a pedir ayuda. Y Cáritas es la iglesia.

—¿Y no te generan conflictos, por ejemplo, los casos de pederastia ocurridos en el seno de la iglesia?

—Gente mala hay en todos los sitios, hay abogados malos, hay médicos malos y hay sacerdotes que serán malos. Por desgracia, hay gente mala en todos los sitios. Yo tengo amigos sacerdotes y son personas estupendas. Conozco a un cura de 25 años que viene a mis desfiles o voy a desayunar con él al Starbucks.

—¿Todo este fervor religioso te va a inspirar para tus colecciones?

—Puede ser. Una de mis ilusiones es hacer un desfile en la plaza del Obradoiro y en la catedral. En Roma y en otras ciudades de Italia se hace, pero aquí no hacemos nada de eso. Me encantaría como diseñador gallego hacer algo en ese tono, me gusta mucho la estética religiosa y más en Betanzos, que tenemos unas iglesias que no hay en otras partes de Galicia.

—¿Te ves viviendo en Galicia?

—La gente dice que voy a ser incapaz, pero mi plan de jubilación perfecto sería vivir entre Betanzos y Portugal. Supongo que iré poco a poco, aunque se necesita dinero para vivir. Además, por suerte o por desgracia me encanta mi profesión. No obstante, si Marta Ortega vive en A Coruña, que podría vivir en París, Nueva York o Londres, porque no voy a vivir yo en Galicia. Además, A Coruña ahora está muy bien, con muchos restaurantes y sitios de copas apetecibles. Madrid es solo trabajo, demasiado estresante.