Los Redgrave: La otra familia real británica

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Talento en vena. Cuando medio Hollywood se ha puesto a señalar con el dedo a los «nepobabies», no está de más recordar que a veces el talento pasa de padres a hijos como en la familia Redgrave, cinco generaciones de actores y actrices legendarios

10 jul 2023 . Actualizado a las 12:43 h.

Cuenta Vanessa Redgrave que cuando ella nació, su padre Michael estaba en plena representación de Hamlet con Laurence Olivier. Este paró la escena para comunicar al público la feliz noticia... y aquel fue el primer aplauso que la gran dama del teatro y el cine británico recibió. Un sonido, el de los aplausos, que en su familia venía de lejos. Y es que el padre de Michael, Roy, había sido actor. También su madre, Margaret Scudamore. Parecía inevitable que el árbol genealógico de los Redgrave fuese desplegando sus ramas en el teatro y el cine. Nadie hablaba entonces de nepobabies... tal vez porque resulta imposible cuestionar el talento de Vanessa, Corin y Lynn, los tres hijos de los Redgrave. Aunque solo Vanessa haya alcanzado el estatus de estrella internacional, sus hermanos consolidaron una sólida carrera, sobre todo, en el teatro, pero con destacados papeles en el cine, y con un compromiso político que ha sido, durante décadas, santo y seña de los Redgrave.

SHAKESPEARE Y COMPAÑÍA

No podía ser de otra manera: el apellido con más postín del teatro inglés tenía que estar ligado a Shakespeare. Rachel Kempson se unió a la Royal Shakespeare Company, la misma en la que su hija mayor, Vanessa, tendría su primer gran éxito con la obra Como gustéis. Lynn debutó con El sueño de una noche de verano, y Corin es recordado por sus papeles en numerosas obras del dramaturgo inglés.

El cine los acogió a todos en algunas de las películas claves del Reino Unido: en Tom Jones, de Tony Richardson, participaron Rachel y Lynn. En Un hombre para la eternidad (Fred Zinemann), Vanessa y Corin. El patriarca, Michael, ya había rodado con Hitchcock y Carol Reed, fue nominado al Óscar en la década de los cuarenta por A Electra le sienta bien el luto. Y por La versión Browning, de Anthony Asquith, se llevó el premio a la mejor interpretación en el festival de Cannes de 1951. Un galardón que su hija Vanessa lograría en dos ocasiones: por Morgan, un caso clínico, y por Isadora, ambas dirigidas por Karel Reisz en los años sesenta. De todos los Redgrave, ella fue además la única que ganó el Óscar, como mejor actriz de reparto por Julia (Fred Zinnemann, 1977). Aunque más allá de su interpretación (ella misma decía que sus papeles en la película eran los mejores hasta la fecha tanto de ella como de Jane Fonda), se recuerda aquel premio por el incendiario discurso de la actriz en contra de los sionistas, que le valió un boicot y un sonoro abucheo. Fue nominada en seis ocasiones más, y su hermana Lynn también fue candidata por Georgy Girl, su mayor éxito internacional junto con Tom Jones. Aunque ni la carrera de Corin (lastrada, según él mismo decía, por su compromiso político de izquierdas que le valió no pocos dolores de cabeza), ni la de Lynn (con problemas de bulimia) alcanzaron nunca las cotas de su hermana mayor, que desde sus inicios supo hilar el teatro más prestigioso con el cine de calidad y apariciones en películas más comerciales (como Misión imposible) sin ningún problema.

AMOR Y FREE CINEMA

La carrera en el cine de Vanessa Redgrave está ligada también a sus parejas. La primera, uno de los iconos del free cinema inglés, el director Tony Richardson, con quien se casó en 1962 y tuvo dos hijas, las también actrices Natasha y Joely. Richardson había dirigido a su suegro, Michael, en La soledad del corredor de fondo, a su suegra y su cuñada en Tom Jones, y haría lo propio con su mujer, su cuñado y de nuevo su suegra en La última carga. Fue su última colaboración antes de separarse: Richardson tenía una aventura con la también actriz Jeanne Moreau.

Vanessa conoció a su segunda pareja en otro rodaje: interpretando a la reina Ginebra en el musical Camelot, de Joshua Logan. El italiano Franco Nero era Lancelot, y comenzaron una relación de la que nació su hijo Carlo, guionista y director. De nuevo, los genes artísticos pasando a la siguiente generación. Su relación terminó unos años después, y Vanessa mantuvo un romance durante quince años con otro actor, Timothy Dalton, compañero de reparto en María, reina de Estuardo, y en Agatha. Pero 35 años después de romper con Franco Nero, volvieron a encontrarse y la vieja chispa prendió de nuevo. Se casaron en el año 2006 y desde entonces permanecen juntos.

TRES PÉRDIDAS EN UN AÑO

Las últimas décadas, muy prolíficas para la veterana actriz, han sido también especialmente duras. En un espacio de solo catorce meses, perdió a sus dos hermanos y a una de sus hijas. Natasha, ganadora de un Tony por Cabaret, y conocida por sus papeles en comedias románticas como Tú a Londres y yo a California o Sucedió en Mahattan (y que, por cierto, interpretó a Defred en la primera versión cinematográfica de El cuento de la criada), falleció en marzo de 2009 tras sufrir un accidente de esquí. Casada con el también actor Liam Neeson, tenía dos hijos: Michael, que también ha hecho sus pinitos en la interpretación, y Daniel.

En abril del año siguiente, Corin Redgrave murió a los 70 años. Había pasado su último año sin parar de trabajar pero sufriendo las consecuencias del daño cerebral que le causó una parada cardiorrespiratoria. Vanessa cuidó a su hermano durante meses, junto con su mujer (la actriz Joanna Moorhead). En mayo, la pequeña de los hermanos, Lynn, murió de cáncer de mama. Vanessa sufrió unos años después un ataque al corazón al que logró sobrevivir y que no la retiró ni del teatro ni de las pantallas. Un año después, contaba en una entrevista con motivo del estreno de su enésimo Shakespeare (Ricardo III) en Londres, que, mientras estaba en el hospital, quería morir porque «intentar vivir era demasiado agotador». Su hija Joely le dijo que podía rendirse... y aquello fue lo que le dio ánimos para continuar.

El gen Redgrave sigue vivo en Vanessa, que con 86 años aún no se ha retirado. En su hija Joely, que apareció por primera vez en la pantalla como extra en La última carga, y que ha participado en series como Nip/Tuck o Los Tudor, y en películas como Millennium (en la versión de David Fincher), El patriota o Resplandor en la oscuridad. Su prima Jemma Redgrave, hija de Corin, trabajó con sus tías en la obra de Chéjov Tres hermanas, y es una conocida actriz en la televisión británica. La quinta generación la encabeza la actriz Daisy Bevan, hija de Joely (la niña de rizos en la fotografía de Leivobitz), que comparte con su madre y con su abuela la intensa mirada azul que aún ilumina a Vanessa.