Peter Ross, autor de «Una tumba con vistas»: «Los cementerios son lugares de muerte, pero están vivos»

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James Ross

El cementerio donde descansa Marx vende moldes de galletas con su cara; huesos en vez de flores ante la tumba de un perro y otras historias extraordinarias bajo las lápidas reunidas en un libro

13 sep 2023 . Actualizado a las 09:31 h.

Puede sonar tétrico, pero muchos cementerios se han convertido en lugares de interés turístico, ya sea por los restos de personajes que guardan o por el arte que conservan. Una velada el 23 de cada mes recuerda a los muertos marginados de Londres. Phoebe Hessel fue una mujer valiente que nació en 1713, se disfrazó de hombre para luchar al lado de su amor, llegó a vivir 108 años y está enterrada en Brighton. Un cementerio en Bristol es el lugar elegido por muchas parejas góticas para casarse. El periodista Peter Ross ha recorrido cientos de camposantos para conocer las historias que hay detrás de las lápidas que sobreviven al paso de los años. Para aquellos que visiten las islas británicas, su libro Una tumba con vistas puede ser una interesante guía para un turismo diferente. Lo ha editado en español Capitán Swing.

—¿Sueles visitar los cementerios de los lugares que eliges de vacaciones?

—Sí, disfruto mucho visitando cementerios desde que soy pequeño, son lugares que me inspiran mucha curiosidad. Siempre que voy de vacaciones los visito, tengo ganas de conocer el de Madrid, me han dicho que es como una versión de la ciudad en sí mismo.

—Te hago otra recomendación, en Galicia. ¿Has oído hablar del Cementerio de los Ingleses de Camariñas, dedicado a las víctimas de un naufragio en el siglo XV?

—¡De verdad? No lo conozco, pero me gustaría hacer un seguimiento de los cementerios donde haya ingleses enterrados por todo el mundo, así que lo apuntaré en mi lista y lo visitaré.

—Más allá de las tumbas, ¿qué tienen en común los cementerios que has visitado?

—Son lugares de muertos, pero están muy vivos. Todos están llenos de árboles, hay animales y son espacios donde se puede disfrutar de las vistas y reflexionar de la vida y de la muerte.

—¿Te interesaba escribir más sobre la muerte que sobre la vida?

—Quería escribir sobre la vida de las personas enterradas, pero, al final, creo que el tema central del libro es el enorme amor que las personas que visitan los cementerios sienten por sus fallecidos.

—¿Crees que la sociedad trata mejor a los muertos que a los vivos?

—Es algo que veo a menudo, sobre todo, en las redes sociales. Cuando muere alguien se ensalza su vida, pero es una pena que no se haga hasta que no muere.

—Parece que tu libro también es un homenaje a personajes extraordinarios olvidados por la historia.

—Efectivamente, quería que fuera un libro que celebrara la vida y la historia de estas personas desconocidas. Cada lápida es como un libro de una biblioteca, antes iba apuntando los nombres que me resultaban mas curiosos, y luego buscaba las historias; ahora es más sencillo, me encanta ir con el móvil e ir buscando en Google para descubrir quién es cada persona.

—¿Cuál es la tumba más triste que te has encontrado?

—La de un niño pequeño cuya parte superior está hecha de Legos, es una tumba que emociona de una forma muy profunda.

—¿Recuerdas alguna alegre?

—En el cementerio de Edimburgo hay una piedra en memoria de un perro cuyo dueño está enterrado allí mismo. Es emocionante ver cómo la gente la visita con sus mascotas y le deja huesos en lugar de flores.

—El cementerio donde descansan los restos de Marx vende moldes de galletas con su cara, ¿qué opinaría él si levantara la cabeza?

—Asumo que no estaría muy contento de haber sido mercantilizado, pero contribuye al mantenimiento del cementerio, por lo que es dinero bien invertido.