Nieves Álvarez, modelo: «Llevo desde los 18 años en dermatólogos»

Begoña Rodríguez Sotelino
BEGOÑA R. SOTELINO VIGO / LA VOZ

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M.MORALEJO

Cuando llegó a París con 18 años, lo primero que hizo su representante al verla fue enviarla al dermatólogo, que la mandó a la farmacia. Desde entonces le obsesiona el cuidado de la piel. Por eso ha creado su línea de tratamiento: Nieves Beauty.

06 nov 2023 . Actualizado a las 20:32 h.

Nadie mejor que una modelo de élite sabe que dedicar el tiempo y el esfuerzo necesario a cuidar el envoltorio de una percha perfecta es una garantía. Nieves Álvarez lo tuvo muy claro desde que llegó a París dispuesta a comerse el mundo de las pasarelas y antes de subirse a ellas, su mánager nada más verla, la mandó al dermatólogo. Y este, a su vez, a la farmacia, para proveerla de potingues que mejorasen su cutis. De aquella época parte la obsesión de la madrileña por tratar su piel con mimo. Y tras años dándole vueltas, a cuatro meses de cumplir 50, la modelo ha creado su primer proyecto personal como empresaria: Nieves Beauty, by Nieves Álvarez, que acaba de presentar en El Corte Inglés de Vigo.

 —¿Por qué ha dado ahora ese salto ?

—Porque vi el momento de hacer realidad mi sueño. Me llegaban muchos proyectos para poner mi nombre a determinadas marcas españolas. Yo llevo muchos años relacionada con este ambiente, he estado en manos de los mejores dermatólogos, siempre me ha interesado el mundo de la belleza y decidí averiguar si era factible hacer un business plan y poner en marcha este proyecto yo sola. Por eso he estado cuatro años investigando y buscando buenos laboratorios que además creían en mí y quisieron apoyarme en el proceso para desarrollar nuevas fórmulas. Trabajo con uno en Granada y otro que está en París. Me preocupaba mucho, porque iban a llevar mi nombre una serie de productos poniendo en juego mi credibilidad tras 31 años de trabajo. Para avalar algo que te vas a poner sobre la piel necesitaba estar convencida al cien por cien de que es bueno. No es poner el nombre y nada más. Hay un largo desarrollo detrás.

 —¿Para qué público objetivo están formuladas?

—Aunque hay hombres que usan mis cremas, mi proyecto está pensado para mujeres y para pieles maduras a partir de los 35 años que necesitan hidratación y luminosidad. Siempre digo que la magia no está solo en los productos, está en nuestras manos, en la rutina. No sirve de nada si no eres constante en el día a día. Yo cumplo mis rutinas de belleza todos los días y por eso obtengo resultados. Hay quien va al gimnasio un día y pretende tener abdominales. La piel es el órgano más grande del cuerpo y mi carta de presentación. Desde los 18 años he estado en manos de dermatólogos que me daban fórmulas magistrales para la farmacia. Por eso he querido estar en la sección de parafarmacia, no en la de cosmética, y he querido además hacer productos asequibles para todo el mundo, buenos, pero no extremadamente caros.

 —¿Y qué es lo básico de su rutina de belleza?

—La limpieza. Aunque no te maquilles. Yo limpio muy bien mi piel tanto de día como de noche, además eso hace que las cremas funcionen mucho mejor.

 —¿Con su marca ha tenido que ir cambiando costumbres, retirando cremas que usaba para ponerse las suyas?

—Sí, además, para muchas pruebas que hemos hecho, las ensayé sobre mi piel. Yo siempre he prestado mi imagen a otras marcas, pero estaba del otro lado. Además, como mujer estoy en una etapa de mi vida que me pide hacer otras cosas, y sin dejar de lado lo que siempre he sido, me apetecía afrontar este reto.

 —Colaboraba con una marca de ropa para niños. ¿Ya no?

—Sí, tenía una colección cápsula para una firma que duró diez años hasta que llegó la pandemia y acabó con ella. Fue otra damnificada de la crisis sanitaria.

 —De niña quería ser presentadora de televisión y también lo ha conseguido. ¿Qué le falta?

—Me hubiera encantado ser periodista. Empecé Ciencias Políticas a distancia en Nueva York , con la idea de hacer luego Periodismo en dos años más porque me convalidaban muchas de las asignaturas. No pude, pero llevo 12 años como presentadora en Televisión Española.

 —Si llega a presentar el telediario, a lo mejor ahora era reina de España...

—Quién sabe. La vida te depara muchas sorpresas en el camino. Seguramente no estaba en mis planes ser reina, pero sí empresaria de Nieves Beauty.

 —¿Qué es lo que más le gusta de usted?

—Mis ojos. Soy la única de mi familia con los ojos azules, heredados de mi abuela, siempre pienso que me llevé su tesoro. Pero nunca me he visto como una belleza. Ni siquiera cuando era adolescente se me ocurrió que podía ser modelo. Sé que tengo unos rasgos que delante de una cámara son armónicos y camaleónicos. Hay gente que es sumamente bella, pero en imágenes no lo transmite.

 —¿Y lo que menos de su trabajo?

—¡Nada! Quejarme de mi trabajo ni se me ocurre. En el mundo en que vivimos, me considero una afortunada por poder levantarme cada día y seguir disfrutando como disfruto en una pasarela o en una sesión de fotos después de muchos años de esfuerzo, porque a mí nadie me ha regalado nada.

 —¿Cómo se cuida en lo físico?

—Hago deporte, es mi terapia psicológica. Antes iba al gimnasio casi por ir, pero ahora lo necesito. No es por estar en forma, para mí es una cuestión de salud, es esencial. Cuando estoy en Madrid intento escaparme una hora al día, sigo el método de entrenamiento de Tracy Anderson y solo lo hay allí.

 —¿Qué le gusta hacer un domingo libre?

—Pasar el día con mis hijos. Tengo tres adolescentes. Me encanta el momento de estar en casa, supertranquilos, salir a comer o al cine con ellos o a pasear a mi perro. Cosas sencillas.

 —Si sale a comer con tres adolescentes le tocará comer hamburguesa...

—Ellos, sí. Yo no pruebo una hamburguesa desde que tenía 14 años. No soy vegetariana, como jamón, pollo, pero hamburguesa, no.

 —¿Siente que ha cambiado mucho el mundo de la moda desde que empezó?

—Muchísimo. La llegada del mundo digital lo ha cambiado todo. Hace unos días en una sesión de fotos, me preguntó el fotógrafo si quería verlas. Le dije que yo solo veo la primera, soy de la vieja escuela. No me gusta romper ese proceso. Que todo se vea al instante tiene su parte buena y su parte mala. Antes hacías desfiles y tenías que esperar seis meses a ver las tendencias que se habían creado. A veces creo que todo va demasiado rápido. No se disfrutan las cosas. Por otra parte, no me siento desplazada en mi trabajo por las creadoras de tendencias en redes sociales.

 —Como aficionada a la fotografía y modelo, ¿ha visto las exposiciones de la Fundación Marta Ortega en A Coruña?

—He ido a todas. Tengo un grupo de amigas con las que voy a ver exposiciones y el viaje a A Coruña está en la lista. Estuve en la de Peter Lindbergh y en la de Steven Meisel. E iré a la de Helmut Newton. Además, este año, en febrero, tuve la oportunidad de visitar las instalaciones de Inditex. Es impresionante. Tengo la gran suerte de que muchos diseñadores gallegos han estado muy presentes en mi carrera: Roberto Verino, Adolfo Domínguez, Antonio Pernas... Galicia es una tierra que me gusta mucho y, por cierto, acabo de hacer una campaña con Ourense.

 —¿Cuáles son los imprescindibles de su armario?

—Yo voy con jeans, camisas blancas, jerséis, me encanta la ropa masculina, un poco oversize, que ahora es tendencia. Nunca falta un buen esmoquin o un vestido negro atemporal. Para mí la moda es un arte y disfruto mucho cuando trabajo, pero en mi día a día voy en zapato plano y sencilla.