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El hombre que le puso motor al carrito de la compra: «Yo voy caminando, y él va a mi lado»

Pablo Portabales
Pablo Portabales REDACCIÓN / LA VOZ

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El hombre que le puso un motor al carrito de la compra
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José Luis, un vecino de Miño, A Coruña, de 71 años que se declara «un manitas» , instaló un motor de un coche infantil teledirigido a un carrito de la compra y también conectó un patinete eléctrico a una silla de ruedas

09 mar 2024 . Actualizado a las 10:44 h.

Va y vuelve del súper sin esfuerzo. Ya puede regresar a casa con el carrito hasta arriba de patatas, cartones de leche, fruta y detergente, que ni una gota de sudor derrama este hombre. José Luis, de 71 años, es un vecino de Miño, A Coruña, que le puso motor al carrito para ir a la compra. Podría decirse que es como una bici eléctrica, pero todavía es mejor porque «va solo». «Yo voy caminando y él va a mi lado. Cuando lo necesito, lo agarro para que cambie de dirección. Y cuando está cargado, anda solo también. Ayuda mucho, porque hay veces que cuesta tirar de él si no cuentas con esta ayuda», explica. Parece como si tuviese una mascota que lo acompaña al súper.

«También incorporé un patinete eléctrico a una silla de ruedas, y se puede utilizar»

José Luis Martínez Domínguez trabajó en cantidad de obras. Lo suyo era el manejo de maquinaria pesada, de grandes palas para excavaciones, carreteras o minas. Está jubilado y dispone de tiempo libre para hacer lo que siempre le gustó. «Soy un manitas. De los que le arreglan la persiana al vecino cuando lo necesita. Siempre me atrajeron este tipo de trabajos», reconoce. Para el increíble carrito eléctrico de la compra utilizó el motor de un coche de juguete. «Es de esos en los que el niño va sentado y los padres lo pueden dirigir con un mando distancia. Es de 12 voltios y se enchufa con normalidad a la corriente eléctrica. Da para hacer unos cuatro viajes a la tienda, dependiendo de la distancia que haya que recorrer», analiza. Bautizó su creación con el nombre de Ernesto, en homenaje «al vecino que al principio me ayudó con las primeras conexiones de los cables», explica. Todo el mundo que se cruza con José Luis cuando va o viene del súper se queda admirado. «Buen invento», le dice la gente.

Silla de ruedas con patinete

José Luis creó el carrito de la compra con motor por comodidad, porque es un manitas y porque tiene talento. Pero también es consciente de que desde hace años convive con la enfermedad de párkinson, y eso le hace ser previsor. Por eso creó una silla de ruedas especial. «Utilicé un hoverboard, un patinete eléctrico. Se lo incorporé a una silla de ruedas normal y se puede utilizar de varias maneras. O bien vas de pie sobre el patinete, que te ayuda a empujar la silla, o vas sentado y la manejas como un coche. La tengo preparada por si alguien la necesita, y quién sabe si algún día me hará falta a mí. La bauticé con el nombre de Barreras, que fue las que fui sorteando cuando salí a estrenarla», relata.

Tanto el carrito como la silla-patinete fueron trabajos a los que dedicó bastante tiempo y para los que contó con ayuda de amigos. También construyó un kart, como si fuese Enzo Ferrari cuando era joven, que se llama Salvador, por otro amigo. «Es de madera y lleva un asiento reciclado que salió de otro carrito de la compra viejo», explica. En realidad, me aporta muchos más datos técnicos sobre sus inventos y la manera de construirlos, pero me cuesta seguir sus explicaciones porque soy de los que no pasé de primero de cambiar bombillas. José Luis es un jubilado entrañable y con muchas ideas. Seguro que hay cantidad de lectores de cierta edad que estarían encantados de poder contar con Ernesto, es decir, con el carrito de la compra con motor del juguete infantil que va solo al súper y aguanta lo que le metan dentro. Estaremos atentos para conocer el próximo invento de este manitas de Miño.