El país vecino ofrece una excepcional concentración de patrimonio, naturaleza y gastronomía, desde grandes ciudades a pequeños pueblos. Oferta diversa pero, ante todo, bien conservada y a tiro de piedra para quien guste de excursiones breves desde Galicia
21 mar 2024 . Actualizado a las 09:07 h.Ir en Semana Santa a Portugal ya es tradición. Se ha convertido en un lugar de peregrinaje, en la que los gallegos vivimos nuestra particular pasión disfrutando de la buena mesa que nos ofrece el país vecino y de los muchos lugares que admirar y visitar. Por eso haz las maletas que nos vamos. Te ofrecemos siete planes para disfrutar y lograr la resurrección.
1. MONÇÃO Y SUS PASARELAS
El número y variedad de pasarelas para disfrutar de la naturaleza aumenta sin cesar en Portugal, que ofrece recorrer parques naturales, bordear y cruzar ríos o encaramarse a las copas de los árboles más altos. Las de Monção, bordeando el río Miño, son uno de los ejemplos más cercanos a Galicia, pero hay muchas otras, como las de Gerês, las del Mondego o las del Paiva.
2. VILA REAL. CASA DE MATÉUS
Es el mayor y más insigne palacio barroco de Portugal. La monumentalidad va desde la fachada hasta los jardines e interiores, donde destacan la impresionante biblioteca y distintas colecciones de objetos de valor histórico. Se considera un monumento nacional desde 1910 y, desde hace 50 años, el ciclo «Cultura en Diálogo» protagoniza el programa de la Fundación.
3. SANTAR Y SUS JARDINES
Ínfimo pueblo en el centro portugués. Desde el 2013, acoge una iniciativa pionera: los inmensos jardines y viñedos de varias casas señoriales se unieron para formar un variado conjunto de naturaleza, parques y arquitectura civil, de una hermosura lujosa y recatada a la vez. La primavera es uno de los mejores momentos del año para disfrutarlo.
4. LISBOA Y EL PALÁCIO DA FRONTEIRA
Es posible conocer la capital desde otro punto de vista. Este palacio y sus jardines, del siglo XVII, son uno de los rincones más tranquilos y hermosos que ofrece Lisboa, junto al parque forestal de Monsanto. Los interminables mosaicos de azulejos, donde prácticamente se puede leer la historia portuguesa, sus fuentes y parterres, justifican alejarse del centro.
5. VISEU Y SU CASCO HISTÓRICO
Viseu, capital de la región Centro, ofrece calles tan hermosas como auténticas. La Iglesia da Misericórdia y el Museo Grao Vasco complementan la plaza que corona la ecléctica Catedral de Viseu: de origen románico, predominan en ella las remodelaciones renacentistas, del sigo XVI, a las que se han añadido frescos de azulejos, el altar barroco y techos en estilo manuelino.
6. MARIALVA. DOCE VILAS HISTÓRICAS
Marialva es una de las más representativas, por el estado de su castillo y ciudadela del siglo XII. Pero, con ella, otras once aldeas trazan un recorrido apasionante por las conquistas y batallas de esta zona expuesta a los castellanos. Belmonte, Almeida, Castelo Rodrigo… todas con sus particularidades, pero con la belleza del paisaje y la conservación en común.
7. BRAGA. SANTUÁRIO DO BOM JESUS
Es un clásico, pero Braga bien merece una misa, y este complejo religioso es el mejor ejemplo. Se puede ascender a pie, siguiendo la recreación del viacrucis de Jesucristo, pero también se puede subir en el funicular más antiguo de la Península ibérica. Arriba, la arquitectura religiosa y los parques ajardinados constituyen el entorno para pasar un día que combine cultura y ocio.