Las estaciones del área pontevedresa dispensaban ayer la gasolina por debajo de un euro el litro
05 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.La cartera del conductor ya no se queda temblando cada vez que se llega a una estación de servicio. Después de cuatro meses de precios prohibitivos, repostar hoy en Pontevedra es 15 euros más barato que en agosto, cuando el diésel se vendía a una media de 1,33. En el caso de la gasolina, la rebaja es similar y el ahorro llega a los 12 euros para un depósito medio de 50 litros.
Ahora, que la cotización del brent ha caído un 60% en menos de dos meses, las gasolineras empiezan a traducir esta bajada en los precios de los carburantes. Un litro de diésel se vende a 1,01 euros en las estaciones del área pontevedresa. Está a punto de bajar de la barrera de un euro, un hito que no se veía en la provincia desde agosto del 2007. Y si hay que remontarse a los anuarios para encontrar una rebaja similar a la del gasoil en la gasolina, hay que retroceder hasta febrero del pasado año, cuando se vendía a 96,7 euros el litro. Desde entonces no volvieron a bajar de la barrera del euro.
Mientras la caída del petroleo es del 60%, el precio de los carburantes solo reflejan un descenso del 25%. Hace tres meses, las gasolineras de la provincia vendían el combustible entre 1,28 y 1,320 el litro. El responsable de la estación de Placeres, Celestino Estévez, señala que las subidas del petróleo se reflejan más rápido en los precios finales que los descensos. «Tenemos que pensar que el combustible se compra con antelación, el que ahora se vende se compró hace tres o cuatro meses», indica. A pesar de que el mercado vendía en julio y agosto el brent al valor más alto de la historia -llegó a cotizar a 147 dólares el barril- es ahora cuando el precio está más barato. El área de servicio de Lourizán dispensaba ayer el litro de diésel a 1,015 euros, liderando a la baja los precios del área pontevedresa. En la gasolina sin plomo todas las estaciones de la zona coincidían en la venta a 0.995 euros.
Pese a la esperanza de que sigan decreciendo, representantes gallegos del sector creen que es difícil que se alarguen las buenas noticias, aunque falta aplicar al carburante, la caída que ahora, consecuencia de la crisis, refleja el crudo.