El simulacro evalúo ?la formación ?de los funcionarios ?y la capacidad ?de las instalaciones
04 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Pasadas las nueve y media de la mañana de ayer, la alarma del edificio administrativo de la Xunta saltó. Un incendio acababa de originarse en la planta cuarta del inmueble. Un trabajador había resultado con graves quemaduras que requerían de asistencia sanitaria.
Comenzaba así el simulacro que se llevó a cabo en el edificio de Campolongo y que demostró que el protocolo de seguridad establecido permitía evacuar a más de mil personas -a los aproximadamente novecientos funcionarios habría que sumarle la presencia de unos doscientos usuarios- en menos de nueve minutos.
No habían pasado ni tres minutos cuando la Policía Local llegó al lugar de siniestro, mientras que los bomberos apenas tardaron 120 segundos más.
Mientras esto sucedía, los funcionarios comenzaban a abandonar ordenadamente el inmueble. Para ello, en los últimos meses, han recibido formación para saber comportarse en una emergencia, de tal modo que, piso a piso, fueron descendiendo por las escaleras. Nada de ascensores.
Y siempre pegados a la pared. La zona de barandilla tenían que dejarla libre para que los bomberos pudiesen realizar su labor o, incluso, para que el hueco se utilizase para descender una camilla si fuera preciso.
En cada planta, además, se ha designado a, al menos, un funcionario para que coordine la evacuación ordenada de la misma. Otros comprobaron que cada uno de los pisos se quedaba vacío, así como procedían a cerrar puertas y ventanas.
Ayer hubo aspectos que fallaron y que deberán corregirse. Así, si el protocolo establece que todo el mundo debe salir con lo puesto, dejando bolsos y similares, en el simulacro fueron pocas las personas que siguieron a rajatabla esta directriz.
Aparentemente, también los bomberos tuvieron problemas a la hora de utilizar el brazo articulado de uno de sus camiones para acceder a la terraza. Si el herido estaba en la cuarta planta, este tuvo que ser descendido hasta la tercera para, de este modo, alcanzar la terraza y ser descendido en la plataforma del brazo articulado. A ras de suelo ya le esperaban los facultativos del 061.
Diez plantas
Al término del simulacro, Cores Tourís calificó la experiencia como de «muy positiva». Y eso que al delegado territorial de la Xunta le tocó descender a pie nueve de las diez plantas del edificio: «Creo que nos tempos cumprimos co que está marcado nestas situacións».
Tras destacar que fue el primer simulacro que se realiza en el inmueble administrativo desde su inauguración, Cores Tourís aseguró que descendió las nueve plantas «con tranquilidade, igual que un funcionario máis. Dende a novena tardamos cinco minutos...».
En el operativo, además de Policía Local, bomberos y 061, se desplegaron efectivos de los cuerpos nacional y autonómico de la policía. En este punto, José Antonio González, jefe territorial de la Consellería de Presidencia, subrayó que el simulacro también sirvió para evaluar «o funcionamiento das instalacións de prevención para saber se daban resposta no caso de que fora un feito real. En principio, saiu todo ben».
Tanto Cores Tourís como José Antonio González participaron posteriormente en una reunión con los responsables de los cuerpos de seguridad y los servicios de emergencias para analizar pormenorizadamente cómo se desarrolló el simulacro.