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Así funciona el negocio más lucrativo El terrible mercado ilegal de especies salvajes: ¿Quién es el animal?

Es el comercio ilegal más lucrativo del mundo, junto con el de las drogas y las armas. Las mafias que trafican con animales salvajes están diezmando la biodiversidad del planeta. A pesar de las leyes internacionales, dos países, China e Indonesia, siguen comprando fauna protegida, sobre todo ciertas partes y fluidos  de estos seres vivos, confiando en sus poderes curativos. El aumento del poder adquisitivo de los chinos ha disparado el negocio. Te mostramos cómo es este terrible mercado por dentro.

Por Fernando González Sitges | Fotografía: Mark Leong

Lunes, 18 de Septiembre 2023, 14:30h

Tiempo de lectura: 5 min

Tenía el mayor de los trofeos delante: un poderoso gorila de espalda plateada. No podía creer que a un disparo de distancia tuviera la posibilidad de ganar tanto dinero. Dos cartuchos era toda su munición, pero con suerte le sobraría uno. El gorila estaba tan cerca que sabía que no podría fallar.

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Todo por su bilis.Un oso tibetano –animal protegido por las leyes internacionales de conservación– yace anestesiado en una granja a las afueras de Hanói (Vietnam) para extraerle el líquido biliar, apreciado en la medicina tradicional asiática. La sedación permite que el oso se recupere para posteriores extracciones, en cada una de las cuales se extraen hasta 150 centímetros cúbicos. La bilis de oso se paga a 4 euros el centímetro cúbico.

Apuntó con cuidado. El cartucho que había entrado en la recámara de su vieja escopeta le había costado 500 francos cameruneses, unos 0,76 euros al cambio. El trofeo que le iba a proporcionar podría convertirse en 30.000 francos, 45 euros, si el intermediario asiático cumplía su palabra. Soñando con una recompensa que equivalía a diez años de trabajos en el interior de la selva del Congo, el cazador apretó el gatillo. El gigantesco macho de espalda plateada permaneció un instante congelado e inmutable en el claro de la selva y cayó exánime.

Mientras descuartizaba al gigante, el cazador no paraba de pensar en la alegría que llevaría a su poblado. Con las ganancias podría invitar a todos sus vecinos a un banquete en el que no faltaría la carne de gorila. Iba a ser un festín. El intermediario asiático solo quería el pene, los testículos y las manos del gran simio. Así que, empapado en la sangre del trofeo, volvió a su pueblo radiante de felicidad.

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La mirada del horror. En un mercado de Yakarta, Indonesia, un empleado corta con unas tenazas los colmillos de un macaco de cola larga para que no haga daño al morder. Vendidos como mascotas, estos macacos se venden a unos 10 euros.

Dos semanas más tarde, mientras las manos del gorila se vendían en un mercado clandestino de Yakarta, todo el poblado del cazador había muerto. La sangre del gorila portaba el virus del ébola, y el festín de los indígenas les había costado a todos la vida.

En un mercado de lujo: por un kilo de polvo de cuerno de rinoceronte se paga unos 15.000 euros; por la piel de una pantera, 80.000

No es un cuento ejemplarizante. Es un hecho real... y repetido. El comercio de animales salvajes está diezmando las poblaciones de especies amenazadas en todo el mundo. Ya sean para consumo directo, como fuente de medicinas tradicionales o como mascotas, millones de animales mueren al año o son extraídos de sus hábitats naturales para no volver jamás.

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Matadero de pitones. Decenas de pitones cuelgan en un matadero indonesio. Se las mata de un golpe en la cabeza y después se las hincha con aire o agua para que resulte más fácil despellejarlas. Su cuero es muy apreciado, pero aún más lo son las vesículas de serpiente, que en la foto de la izquierda cuelgan en un lento proceso de secado. Las vesículas secas usadas en la medicina tradicional se pagan a 200 euros el kilo.

A pesar de que pueda parecer un problema menor, el contrabando de especies silvestres es uno de los comercios ilegales más lucrativos del mundo. Como en todo mercado ilegal, es difícil dar cifras precisas, pero se estima que a nivel mundial mueve al menos 8000 millones de euros, el tercero en volumen tras el tráfico de drogas y de armas.

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Gusanos con 'poderes'. Una de las especies más valoradas son las orugas vegetales, parásitos de la larva de las mariposas fantasma. Su mercado está prohibido porque altera el ecosistema, pero hay mafias dedicadas a su búsqueda, tentadas por su precio: 7000 euros el kilo. Se usan para la virilidad. Las descubrieron hace 1500 años los pastores del Tíbet, que vieron que el ganado que se alimentaba de estas orugas crecía más fuerte.

Pero organizaciones como WWF/Adena aseguran que el tráfico internacional de especies amenazadas mueve al año entre unos 10.000 y 20.000 millones de euros. Los precios del mercado son altos: una piel de pantera alcanza los 80.000 euros; un kilo de polvo del cuerno de rinoceronte, 50.000; un loro salvaje amazónico, 800...

Las organizaciones conservacionistas intergubernamentales han unido fuerzas con organizaciones privadas para luchar contra una marea que está diezmando la biodiversidad del planeta. Se proponen leyes internacionales, se firman convenios y se dictan medidas para atajar este comercio despiadado.

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Los buscadores de oro. La búsqueda de las orugas vegetales, que en China se conocen como zong chao ('gusano hierba') lleva todos los años a miles de personas a encontrar el preciado botín en el suelo de las montañas tibetanas.

Pero todas las acciones se convierten en inútiles en cuanto hay algún país que hace oídos sordos. Y China e Indonesia, dos gigantes asiáticos superpoblados, siguen permitiendo que este comercio se lleve a cabo en sus países. La medicina popular china, que atribuye propiedades de todo tipo a la ingesta de partes de los animales salvajes con poderes destacables –fuerza en los tigres, virilidad en los rinocerontes, longevidad en las tortugas…–, está tan extendida que millones de personas siguen comprando hoy en día pene de tigre para curarse la impotencia, cuerno de rinoceronte para depurar las toxinas de la sangre o bilis de oso tibetano para frenar el cáncer.

Con la economía de china en crecimiento imparable, muchos chinos han adquirido un nivel económico que les permite acceder a las medicinas más caras, como los huesos o las partes de tigre, una mercancía por la que se pagan miles de euros. El resultado es que se ha incrementado tanto la caza furtiva de los grandes felinos que apenas quedan ejemplares ya en libertad.

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El cliente. Una máquina para moler cuerno de rinoceronte destaca en el aparador del dormitorio de un empresario vietnamita. Le detectaron un cáncer de estómago y le dieron cuatro meses de vida. Entonces combinó la quimioterapia con medicina tradicional, y el cáncer remitió. Desde entonces toma orugas vegetales y polvos de cuerno de rinoceronte.

Cuando las leyes internacionales cierran puertas a este comercio destructor, las artimañas legales de algunos de estos países abren una vía alternativa. Desde hace unos años, en algunos países asiáticos se crían tigres y osos tibetanos para la extracción y venta de sus partes y fluidos corporales.

Más allá de la ética de esta práctica, estos criaderos en realidad abren la puerta al tráfico de estos mismos animales capturados en estado salvaje. Muchos de los huesos de tigre vendidos como procedentes de granjas llegan directamente de las selvas de la India. Mientras el mercado negro ofrece 7000 euros por el cuerpo de un tigre, mantenerlo vivo en un zoológico puede suponer un gasto de 3000 euros al año. Y una bala no llega a un euro.

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Mercado gastronómico. Cada año se matan unos 100 millones de tiburones para conseguir sus aletas, muy valoradas en el mercado asiático. La sopa de aleta de tiburón es un símbolo de estatus.

Los grandes traficantes permanecen a salvo en sus refugios asiáticos. Como sucedía con el cazador de gorilas del principio de este artículo, son las personas locales, aquellas que viven en la miseria y a las que se les ofrece un precio demasiado tentador, las que se juegan la vida para que un mediador asiático sin escrúpulos le saque un rendimiento extraordinario al producto de su caza desde la seguridad de un lujoso despacho.

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