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Los problemas de estar sentado

El 'mal de oficina' empezó en Egipto: cuando escribir pasa una factura eterna

Getty Images.

Un estudio demuestra que la postura que adoptaban los escribas en el antiguo egipto provocó cambios degenerativos en su cuerpo muy similares a los que hoy sufrimos por pasar demasiado tiempo sentados en una oficina.

Lunes, 25 de Noviembre 2024, 16:15h

Tiempo de lectura: 3 min

Dolor de cuello, sobrecarga en los hombros y la lumbar, entumecimiento en las articulaciones de las manos, fatiga visual... ¿Te suena? Son los síntomas más repetidos entre las personas que trabajan mucho tiempo sentadas delante de un ordenador. Se conoce como el 'síndrome del oficinista' y, aunque la Organización Mundial de la Salud lo reconoció como tal en 1982, un reciente estudio checo acaba de mostrar que los escribas del Antiguo Egipto ya se enfrentaban a problemas de salud similares.

Tras investigar los restos de 30 varones identificados como escribas del tercer milenio antes de Cristo en la necrópolis de Abusir, investigadores de la República Checa han publicado un estudio con las consecuencias físicas derivadas de toda una vida de malas posturas en el trabajo. En un mundo donde solo el uno por ciento de la población sabía leer y escribir, estos hombres que realizaban trabajos administrativos, cruciales para los dirigentes de la época, disfrutaban de un estatus social muy alto, supuestamente sin los riesgos de otras profesiones.

Los investigadores analizaron los restos de 30 varones identificados como escribas del tercer milenio antes de Cristo

Pero ni por esas se libraron de las consecuencias de no levantar la cabeza del papiro. «Nuestras investigaciones revelan que permanecer sentado, arrodillado con las piernas cruzadas durante periodos prolongados, con la cabeza inclinada hacia delante y los brazos sin apoyo provocó la sobrecarga extrema de las regiones del cuello y los hombros», explica la antropóloga Petra Brukner Havelkova, del Museo Nacional de Praga y autora principal del estudio.

En cuanto a la degeneración encontrada en la mandíbula, los investigadores lo atribuyen a la sobrecarga producida por morder de forma repetida los extremos de los tallos de junco con los que formaban una especie de pincel que usaban para escribir. El equipo también encontró signos reveladores de estrés físico en el húmero y el hueso de la cadera izquierda, en las rótulas y el tobillo derecho.

Las lesiones de los escribas que te resultarán familiares…

  • 1. Cuello

    En los restos se ha visto una sobrecarga cervical derivada de la constante inclinación de la cabeza hacia delante. Hoy en día, el síndrome cervical por tensión (SCT) derivado de pasar muchas horas delante del ordenador es uno de los trastornos musculoesqueléticos más atendidos en las unidades de atención primaria.

  • 2. Hombro derecho

    Al colocar el papiro sobre sus rodillas, el escriba no apoyaba ni brazos ni manos, y eso acabó afectando a su hombro. Esta patología es la misma que nace de no apoyar correctamente los antebrazos en la mesa para descargar la musculatura de los hombros y facilitar la posición de la muñeca.

  • 3. Pulgar

    La degeneración de estos dedos se debía posiblemente al agarre que ejercían sobre sus herramientas de escritura. En la actualidad, el síndrome del ratón es una dolencia que también afecta a los dedos, manos y muñecas.

  • 4. Hueso isquion

    El dolor se derivaba de la constante presión sobre la cadera por permanecer tanto tiempo sentados y, posiblemente, afectaba también a la lumbar, algo que también hoy ocurre.