¡A que te mosquea mi cara! Muchos ojos para cerebros pequeños ¿Por qué es casi imposible cazar una mosca? Mira atentamente...
Los insectos voladores cuentan con los ojos más complejos de la naturaleza. Gigantes para el tamaño de sus cuerpos y compuestos por miles de diminutas celdillas oculares, su efectividad roza la ciencia ficción. ¿Cómo nos ven realmente los insectos? ¿Por qué es casi imposible cazar una mosca? Pase y... vea.
Volaba en un mundo de colores cambiantes y formas difuminadas. Con una precisión infalible seguía el plan de vuelo establecido antes de su despegue. Se guiaba por la luz del sol, la velocidad de los objetos terrestres, la dirección y fuerza del viento y los colores de las flores alterados por el espectro ultravioleta. Seis mil ojos transmitían información de forma independiente y simultánea al cerebro, que procesaba a velocidad de vértigo todos los datos para componer una imagen precisa. Su cuerpo cambiaba el ángulo de vuelo y la dirección de la marcha como respuesta inmediata a tales estímulos. Pero no era un ser imaginario de algún planeta inventado ni un robot experimental de la industria armamentística. Era, simple y llanamente, una abeja común.
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