Anna Nicole Smith Crónica de una tragedia anunciada Drogas, violación... El drama de la chica 'sexy' de los noventa
Quince años después de su muerte por sobredosis, el documental Tú no me conoces indaga en la trágica vida de la modelo texana. Su boda con un millonario nonagenario, su adicción a los ansiolíticos y opiáceos, un batalla judicial que llegó al Tribunal Supremo, la muerte de su hijo... la existencia de Anna Nicole fue tan intensa como atormentada.
Viernes, 16 de Junio 2023, 12:25h
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Soñaba con ser famosa desde que era niña. Y su sueño se hizo realidad. Pero aún más reales fueron sus pesadillas. Anna Nicole Smith murió de sobredosis de pastillas en 2007. El año anterior había muerto su hijo, de 20 años, apenas unos meses después de que ella hubiese sido madre de una niña. Smith tenía 39 años. «Gano más dinero cuando cuento historias tristes que felices», decía para justificar ciertas mentiras que contó sobre su infancia. Pero la suya, en verdad, es una historia muy triste.
Nacida en un pueblo de Texas con el nombre de Vickie Lynn Hogan el 28 de noviembre de 1967, era hija de una agente de policía que tuvo que criar sola a dos hijos. El pueblo se le quedaba pequeño a aquella niña inquieta y soñadora que se casó con 17 años, tuvo un hijo y, seis meses después, se marchó en busca de la gloria.
Pero la gloria, como la fama, cuesta. Y Anna Nicole empezó pronto a pagar. En Houston, encontró trabajó en un club de striptease y para hacerse un hueco entre las barras de pole-dance tuvo claro que tenía que aumentar el tamaño de su pecho. Al parecer, según cuentan sus amigos en el documental de Netflix Tú no me conoces, de aquella operación le quedó un dolor permanente que calmaba con analgésicos pero también con ansiolíticos.
Pero su suerte iba a cambiar. Cuando Nicole tenía 24 años, un multimillonario del petróleo entró, a sus 86 años, en silla de ruedas en el club nocturno en el que ella trabajaba. El hombre, Howard Marshall II, llegó justo en el momento en el que ella bailaba y quedó fascinado por aquella rubia sensual y su ingenua actitud de chica de pueblo. Le compró coche y casa y le pidió matrimonio, pero ella se negó. Según una amiga: «No quería casarse hasta ser famosa, no quería que la llamasen 'cazafortunas'».
Tampoco es que rechazase su generosidad. La misma noche que se conocieron, el millonario le dio un sobre lleno de dinero y le dijo que no tenía que volver a bailar en el club. En un año se gastó, según ella, 1,7 millones de dólares. Y el anciano, en su día un prestigioso empresario salido de la Universidad de Yale, la colocó, por estrafalario que parezca, como asesora en su petrolera, Marshall Petroleum, para que cobrase una nómina mensual.
Pero Anna Nicole quería realmente hacerse un nombre por sí misma. En su entendimiento de la vida, la forma de conseguirlo era convertirse en 'chica Playboy'. Y lo logró. A partir de ahí, su carrera despegó.
Durante un par de años, la modelo texana fue imagen de importantes marcas de moda, apareció en películas... Pero la gloria solo duró tres años. En 1993 fue hospitalizada por sobredosis. Su imagen se vio dañada y las marcas la abandonaron. Quizá por eso en 1994 se casó con Marshall, que murió un año después. Podría haberse convertido en una rica heredera... Pero no. Ahí comenzó un calvario judicial que ha pasado a los anales de la historia judicial de Estados Unidos.
«Es muy caro ser yo», declaró la modelo en 2005 en una de sus muchas comparecencias judiciales. La frase resume la batalla legal por la herencia de su marido, J. Howard Marshall, que se prolongaría durante años. Cuando el petrolero murió a los 90 su patrimonio ascendía a la nada desdeñable cifra de 1.600 millones de dólares. Marshall dejó fuera del testamento a Anna Nicole y benefició a uno de sus hijos, Pierce Marshall. La modelo se negó a aceptar sin más esa última voluntad y alegó que él le había prometido seguir manteniéndola. Sola, su reclamación no habría llegado muy lejos, pero tuvo un aliado inesperado: otro hijo del millonario, que se había quedado fuera de la herencia.
Los pleitos legales en torno a aquel testamento se prolongaron durante años, implicando incluso a la famosa jueza del Tribunal Supremo Ruth Bader Ginsburg, sin llegarse a ninguna conclusión. De hecho, el hijo del millonario que sí heredó, Pierce, murió en 2006 sin que se hubiese resuelto el caso y en 2007, al morir Anna Nicole, lo que heredó su hija fue el pleito.
Mientras se decidía quién se quedaba con la fortuna petrolera, Anna Nicole necesitaba ganar dinero. Como actriz no había demostrado demasiadas dotes (su papel más conocido fue interpretándose a sí misma en la película El Gran Salto, de Tim Robbins) y había en torno a ella demasiada polémica como para poder vincularse a marcas comerciales. Así que Anna Nicole aceptó protagonizar su propio reality, pero entonces no solo su cabeza era un hervidero, que intentaba calmar con pastillas; su cuerpo había engordado notablemente, lo que la convirtió en objeto de mofa.
El show no duró mucho tiempo. Ella logró adelgazar, pero a costa de ingerir anfetaminas y otros analgésicos que solo incrementaron su dependencia de los narcóticos.
Su vida sentimental tampoco iba bien. En 2006 se quedó embarazada de un fotógrafo, Larry Birkhead, pero quiso atribuir la paternidad a quien era su pareja, el abogado Howard K. Stein. El interés de Stein por Anna Smith y por su hija, Dannielynn, se intuía más motivado por la potencial herencia del millonario del petróleo que por un incondicional amor de padre. Ya aclarado que el padre era otro, e incluso después de muerta la modelo, Stern representó a Dannielynn en la batalla legal porque era el albacea de la herencia de Anne Nicole. Tras 25 años de pleitos, ni Anna Nicole ni su hija recibieron dinero alguno del patrimonio de Marshall.
Pero en 2006, la modelo texana todavía confiaba en poder reponerse y criar a su hija recién nacida. Eso sí, tomando pastillas para no engordar y no deprimirse. En esas estaba cuando su hijo de 20 años murió de sobredosis. Y ya no pudo recuperarse.
En 2007 viajó a Florida junto a su pareja, Howard Stern; nada más llegar, comenzó a tener fiebre, posiblemente producida por las inyecciones que se administraba para no engordar. Esa infección, unida al resto de medicamentos que ingirió, once opiáceos y sedantes diferentes, provocaron su muerte. Su pareja, su psiquiatra y su médico personal fueron llevados a juicio por suministrarle fármacos de forma ilegal. Terminaron absueltos.
Pero antes de su trágico final, Anna Nicole Smith ya llevaba años luchando contra la debacle. Su primera sobredosis se produjo en 1993. ¿Qué pasó ese año antes de aquella sobredosis que la hundió? El documental indaga en aquella etapa de su vida. Semanas antes, la modelo se había puesto en contacto con su padre, que la había abandonado de niña, y lo había invitado a pasar un fin de semana de lujo. La mejor amiga de Anna Nicole cuenta que lo que sucedió es que su padre intentó violarla. Puede que incluso lo consiguiera. Su hermano, que apunta a que su padre ya habría abusado de otras mujeres, no parece sorprendido: «Era un monstruo».
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