Fascinación y deseo Las sugerentes imágenes de Lucian Freud en la intimidad de su estudio

Hijo del arquitecto judío Ernst L. Freud y nieto del fundador del psicoanálisis Sigmund Freud, Lucian nació en Berlín en 1922 y fue uno de los pintores claves del siglo XX. Huyendo del nazismo, se instaló en Gran Bretaña en 1933 y allí, en Londres, tejió todas sus relaciones y creó su obra. Sirvió incluso a la Marina británica en la Segunda Guerra Mundial. Aquí posa con su segunda esposa, lady Caroline Blackwood, en París, retratados por Brassaï.

Freud y su primera esposa, Kitty Garman, en París en 1947. Tuvieron dos hijas y se divorciaron en 1952. Ella posó varias veces para él como modelo. Sus pinturas –completadas en 60 años–, de hecho, están protagonizadas por amigos y familiares, a menudo retratados en interiores inquietantes y en sesiones largas y, dicen, castigadoras.

El artista, en 1973, con Rose y Ali Boyt, dos de sus 14 hijos reconocidos. Muchos creen que tiene hasta 40. Su antiguo asistente, David Dawson, rebaja la cifra: «son solo una quincena, aproximadamente». Fascinado por las mujeres, Freud las retrató toda su vida, fueran o no sus amantes. En su obra récord, Benefits supervisor sleeping, vendida por 56,2 millones de dólares, retrató desnuda a la supervisora de subsidios sociales Sue Tilley.

Los cuadros de Freud impactan por su gran penetración psicológica, que lo convirtieron, ya en vida, en un clásico universal. Sus biógrafos —entre los que destaca William Fever— cuentan que tardaba meses en realizar sus obras, obsesionado en que sus retratos fueran más auténticos que la propia vida y, más que fidedignos, fieles a la esencia de cada persona representada. En la imagen, en su estudio, en 1978, enseñando un boceto. El libro Lucian Freud, a life, con fotos inéditas, recorre el lado más humano del gran retratista de nuestra época.

Con la modelo Kate Moss, en 2010, un año antes de la muerte del pintor. Moss había posado desnuda para Freud en 2002 y aquello fue el inicio de una amistad sincera. Freud le tatuó incluso a la modelo dos pájaros en la zona lumbar. Su pintura de Moss fue una de las que se han podido ver en la siete exposiciones que homenajearon al artista en su centenario, entre ellas la del Museo Thyssen.

Una exposición en la galería Gagosian de Londres se centra en la relación del nieto de Freud con los más destacados artistas de la Escuela de Londres, que a contracorriente de las vanguardias imperantes no renunciaron a la figuración, prácticamente abandonada durante buena parte del siglo XX. En esa 'red social' Freud conoció, entre otros, hacia 1945, a Francis Bacon, que fue su maestro y amigo —Bacon lo apoyó incluso económicamente— y con quien Freud tuvo una gran relación de profundo respeto artístico recíproco. Por causas nunca del todo aclaradas, a mediados de los 60 rompieron su amistad y no volvieron a hablarse nunca más.