«Me gustaría ser recordado como un hombre negro que ganó el título de los pesos pesados, que tenía humor y que trató bien a todo el mundo». Hoy se cumplen 80 años del nacimiento de Muhammad Alí –Cassius Clay, antes de convertirse al Islam– el primer boxeador que fue tres veces campeón del mundo, una ocasión para recuperar las imágenes del espectacular libro editado por Taschen que le rinde tributo. Te contamos cómo se gestó el mito.
Un físico portentoso
A los 15 años, Cassius Clay, nacido en Louisville, Kentucky, hijo de un pintor de letreros con problemas con el alcohol y una empleada del hogar, ya se dedicaba en cuerpo y alma al boxeo. Desde chaval era conocido porque bebía agua con ajo o leche con huevos crudos, pero jamás levantó una pesa ni hizo una flexión. Saltar a la comba al son de un violín no lo hacía como entrenamiento sofisticado, sino para llamar la atención de la prensa.
Nacido para el 'ring'
Cassius Clay logró su primer reconocimiento como amateur al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 (competición a la que casi renuncia por su pánico a subirse a un avión). Como profesional se convirtió en campeón de la categoría de los pesos pesados en 1964, a los 22 años. En 1966, con 24, revalidaba su título mundial al derrotar a Cleveland Williams. Esta foto de Neil Leifer que recoge el K.O. disparada por control remoto está considerada una de las mejores imágenes deportivas de todos los tiempos.
Todo por la pasta
Clay, con un millón de dólares (reales) para una portada de Sport Illustrated antes del combate de 1964 con Sonny Liston, entonces campeón del mundo. Clay le ganó con 22 años, saltó a las portadas de medio mundo... y se llevó la pasta. Días después anunció su conversión al Islam y su cambio de nombre a Muhammad Ali. Según él, renunciaba a Clay porque era un apellido de esclavo. A partir de ahí comienza su activismo político contra el racismo.
Soy un bocazas
«Es difícil ser modesto cuando eres tan grande como yo.» Clay alternaba los elegios a sí mismo con los desafíos al contrario, pero era consciente de su bravuconería. Antes del combate contra Doug Jones en 1963 había dicho que lo machacaría en seis asaltos. Al pesaje se presentó con una cinta adhesiva cubriendo su boca. Hasta Jones tuvo que reírse.
Los chicos de la prensa
Clay bromea con un periódico que anuncia un combate. «Los periodistas serán mis amigos. La gente quiere saber lo que hace un campeón y yo les dejaré saberlo.» Su romance con la prensa se acabó al convertirse al islam y aún más cuando se negó a combatir en Vietnam en 1967. Héroe para unos y antipatriota para otros, fue procesado y apartado del ring cuatro años.
Mi juego favorito
El Monopoly era su juego favorito. Lo llevaba a todas partes y ganaba casi más que boxeando. Los juegos de magia también le fascinaban y le gustaba estar rodeado de niños. Clay se casó cuatro veces, la primera con 22 años y la última con 45. Tuvo dos hijos y siete hijas, dos de ellas de relaciones extramaritales. Falleció en 2016, a los 74 años, tras padecer parkinson durante la última etapa de su vida, lo que no impidió que desarrollase una constante actividad con organizaciones benéficas.
Las imágenes de este reportaje pertenecen al libro 'Greatest of all time', editado por Taschen.
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