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La abuela tenía razón: la ciencia confirma la eficacia de los remedios caseros

Caldito, miel y limón, gárgaras...

La abuela tenía razón: la ciencia confirma la eficacia de los remedios caseros

Caldito para el resfriado, jengibre contra las náuseas; manzanilla para la gastritis… Son remedios que se han usado desde hace siglos pero ahora numerosos experimentos científicos corroboran su eficacia. Nadie pretende que la botica de la abuela sustituya una visita al médico, pero si puede cuidar nuestra salud –y a bajo coste– ¿por qué no?

Jueves, 31 de Octubre 2024, 10:51h

Tiempo de lectura: 5 min

Limpia el pollo, ponlo en una olla grande y cúbrelo con agua fría. Llévalo a ebullición y añade cebollas, patatas, boniato». El texto sigue enumerando ingredientes y detallando tiempos de cocción. ¿De dónde proviene? ¿Un libro de cocina? No. Hemos extraído la receta de un artículo científico. No es el lugar habitual, pero en esta ocasión el método científico lo exigía: se trata de los resultados de una investigación que pretende establecer si el caldo de pollo es, como dicta la tradición (y tantas abuelas de todo el mundo), efectivo para combatir el resfriado. Y para averiguarlo usaron la receta de la abuela lituana de la investigadora Barbara Rennard, coautora del texto.

Las conclusiones fueron rotundas: sí, el caldo de pollo alivia los síntomas del resfriado al reducir las mucosas de la nariz, la garganta y los pulmones. ¿Cómo lo hace? En realidad no están seguros. «Un ligero efecto antiinflamatorio podría mitigar los síntomas de las infecciones respiratorias altas», explica Stephen Rennard, profesor del Centro Médico de la Universidad de Nebraska y director de la investigación. La clave radica en que el caldo inhibe el desplazamiento de los neutrófilos, las células de nuestro sistema inmunológico que, en caso de infección, se desplazan a la zona infectada para deshacerse de los gérmenes. Ellas son las causantes de los síntomas habituales del resfriado –congestión nasal, tos…–, y el caldo de pollo las inhibe, con lo que los síntomas son menos severos. Otro estudio anterior, dirigido por el doctor Irwin Zimet, de la Universidad de California, encontró que el pollo contiene cisteína, similar a la acetilcisteína, un fármaco recomendado para las infecciones respiratorias.

La OMS recomienda el empleo de remedios caseros contra la tos. Menciona el té con miel y la miel con limón. E incluso hacer gárgaras con agua con sal

Funcionaba  y un laboratorio lo ha demostrado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se muestra rotunda en un informe que analiza los tratamientos para combatir la tos y el resfriado en menores: «No hay razón para creer que un remedio casero es menos efectivo que uno comercial. Debería recomendarse el empleo de remedios caseros», entre los que menciona té con miel, o una cucharada de miel y limón.

Entre los argumentos a favor, la OMS defiende el bajo coste de los remedios caseros y la ausencia de efectos secundarios. Cuesta pensar en un ingrediente más económico que el agua del grifo. Hacer gárgaras con agua corriente –en ocasiones mezclada con sal– es otro de los grandes remedios sometidos al laboratorio. En un experimento realizado por la Universidad de Salud Pública de Kioto (Japón) se reunió a cerca de 400 voluntarios con edades comprendidas entre los 18 y los 65 que hicieran gárgaras tres veces al día con agua corriente; otros las hicieron con una solución de povidona yodada (el componente principal de productos como el Betadine). Al cabo de 60 días, los que hicieron gárgaras solo con agua presentaron menos infecciones de tracto respiratorio superior que los que diluyeron el compuesto químico en el agua. Más barato y más efectivo.