El artista ferrolano volvió a casa con un formato acústico que recordó sus inicios en la música
06 ago 2021 . Actualizado a las 20:56 h.El Náutico de San Vicente tiene algo que atrapa. El factor sorpresa vuelve a reinar en la sala de directos de A Barrosa, lo que hace que esas mariposas revoloteen más de la cuenta ante el desconocimiento de qué nos encontraremos cada día en su escenario. Y lo cierto es el programa no defrauda. Aquellos que frecuentan el local saben que la primera semana de agosto suele arrancar con la actuación de un artista ferrolano de renombre en el panorama musical. Como si recordara sus comienzos en el metro de Madrid, Andrés Suárez se presentó únicamente con una guitarra para tocar los temas de su octavo disco y recrear aquellos ya convertidos en clásicos ante un público diverso. Algunos no lo sabían, pero el pub de San Vicente es como su casa para el ferrolano, y su público, como siempre, allí estaba.
Una vez metidos en faena, la terraza del local se convirtió en una pompa de jabón que solo Andrés tenía el poder de romper. Nadie era capaz de escapar de ella. Te doy media noche, Necesitaba un vals para olvidarte, Así fue o No diré crearon un aura especial en el recinto. «Ahora sí, soy Andrés y soy de Ferrol, a mucha honra. Llevo 13 años tocando aquí.», apuntó el artista. «A Miguel se le ocurrió hacer conciertos sin anunciar y yo voy a estar aquí siempre que me llamen, cantando para ustedes con estas increíbles medidas de seguridad», garantizó Suárez, hijo de sanitaria. Es llamativo cómo entre broma y broma Andrés aprovecha para lanzar mensajes clave, de gran importancia y directos: «Ustedes podrían estar en otro sitio y vienen a apoyar a los conciertos, a los músicos, a los técnicos, a los hosteleros y todo el entorno de la cultura segura».
Peculiares, así definía el propio artista su conciertos en San Vicente. Durante toda la noche hubo un claro predominio de sus canciones más antiguas: «Digamos que no estoy tocando ninguno de mis éxitos», decía entre risas el cantautor. «Voy a hacer cosas que no están en el guion, porque no hoy no lo hay, y me está encantando», añadió. Sálvate tú, Benijo, Voy a volver a quererte o Vuelve son algunos de los temas que sonaron previamente al homenaje a Antonio Vega, con una interpretación exquisita de El sitio de mi recreo y Esperando nada, un tema que acabó mandando un beso al cielo. Andrés, que siempre trata de que se vea el trabajo de quienes tiene al lado, subió al escenario a la cantante, actriz y sanitaria Clara Alvarado, y juntos interpretaron Tal vez te acuerdes de mí. Además, Miguel de la Cierva, propietario del local de O Grove, acompañó al cantautor en la mesa de mezclas durante buena parte del concierto.
Tras dieciséis canciones, el público experimenta la sensación de que se abre una segunda etapa dentro del concierto. El artista tuvo un gesto, que los consumidores de conciertos agradecen: la eliminación de los bises. «Me parece un alimento para el ego ridículo. A mí lo de salir al camerino y hacer a la gente esperar diez minutos me parece ridículo. Ya que tenemos tiempo y la cultura es segura, yo no me voy a saltar ni una sola norma, no como hijo de sanitaria, sino por sentido común. Prefiero no perder el tiempo y seguir cantando canciones», dijo, provocando un gran aplauso en el público
El punto final lo puso Despiértame: «Uno de mis temas más alegres», matizó. Tras veinte canciones y una hora y media de concierto, Andrés Suárez erizó la piel de todos los asistentes, demostrando la fuerza de sus letras.